Sindicales

1/4/1993|386

La huelga “fue importante”, pero marche preso

El plenario de la CONADU del 27 de marzo resolvió la suspensión del movimiento huelguístico iniciado doce días antes. Bajo el eufemismo de “cambiar la modalidad del plan de lucha”, se abandonó el paro cumplido con niveles de acatamiento altísimos en todo el país, a cambio de nada: el gobierno ni siquiera puso una oferta a consideración del gremio.


De 22 delegaciones presentes, 8 propiciaban la continuación del paro, 10 el “cambio de modalidad”, y tres se abstenían.


Los miembros de la Mesa Nacional de la CONADU que venían con mandato de continuar el paro —Litoral, Catamarca, San Luis— no hicieron ninguna defensa de ese mandato. Por el contrario, Koffmann, el Secretario General, se limitó a caracterizar al paro como “una demostración de fuerza importante” sin explicar por qué sería conveniente levantarlo.


Ante la evidencia de que no se alcanzaba la mayoría necesaria para continuar el paro, los delegados pertenecientes a las otras listas —Verde y Frente Gremial Docente— tampoco pusieron a votación la moción de continuar la huelga. En palabras del delegado de Salta: “que no se vote la moción de continuar para que no aparezca (?) que perdió”. Aunque la moción de continuar no fue sometida a votación, la prensa correctamente interpretó el resultado del plenario como una “tregua”.


Aunque se resolvió coordinar con la FUA una jornada de movilización para el 15 de abril, no se definieron sus características. El Congreso del gremio fue convocado para el 29 y 30 de abril; y para mayo una Asamblea Nacional en Defensa de la Universidad.


Tribuna Docente impulsará una campaña por la huelga general del gremio, junto a estudiantes y no docentes.