Sindicales

15/2/1998|573

La huelga impuso parte de las reivindicaciones

Durante más de 20 días, los marítimos de Mar del Plata sostuvieron una firme huelga general con piquetes, por reivindicaciones fundamentales, contra la posición de la burocracia sindical. En estas condiciones, los dirigentes del SOMU procedieron a levantar en secreto la huelga, sobre la base de un acta que no se dio a conocer a los obreros, pero todo esto quedó frustrado ante la firme resistencia de los trabajadores.


Debido a esto, precisamente, “el Ministerio de Trabajo decidió no homologar” el acuerdo trucho (El Cronista, 28/1), y establecer en cambio la “vigencia de manera inmediata” del decreto 901, que obliga a blanquear al personal en negro (trabajo en seudocooperativas). También blanquea los adicionales (lo que de acuerdo a las categorías, oscila entre 70 y 250 pesos). Se obtiene, además, el aumento de 14 a 20 centavos en el precio de la merluza mayor de 35cm, y de 8 a 14 centavos en la más chica.


Se trata de un paso adelante. El combativo gremio marítimo obligó a retroceder a la patronal y a negociar. Con una dirección más consecuente se podría haber logrado un aumento superior y otras reivindicaciones, como el pago de los francos compensatorios a promedio (100%); el pago de las especies no convencionales a igual valor que la merluza (20 centavos por kg); una garantía salarial no menor al 70% ante cualquier dificultad en la pesca; etc. Estos son los puntos que ahora habrá que imponer en las paritarias.


Lock out patronal


La Asamblea de los marítimos votó que “si tan sólo un barco se niega a embarcar a los compañeros bajo relación de dependencia, nadie sale al mar”.


Pero apenas cerrado el acuerdo, un sector de la patronal (los patrones fresqueros, de las llamadas embarcaciones amarillas y coloradas), se negó a acatar la resolución. “No hay comprensión hacia nosotros, que realmente los números no nos dan” (ídem, El Cronista). Pretenden mantener el trabajo en negro.


Los marítimos que se resisten a reembarcar cooperativizados son despedidos.


La directiva del SOMU, sin embargo, permite salir a los grandes barcos, cuyas patronales han acatado el decreto 901.


Se trata ahora de organizar una Asamblea de todos los marineros que están en tierra (unos 60 barcos) y un plan de movilización. ¡Ningún barco debe salir si no es con personal en relación de dependencia! ¡Todos los barcos que lleguen a puerto deben quedarse!


En particular se abre una campaña sobre los trabajadores de tierra, de las fábricas de pescado (SOIP), para imponer allí también la finalización de las cooperativas truchas y el blanqueo de los trabajadores en negro.


 


30/1