Sindicales

3/10/2002|774

La III Asamblea Nacional de Trabajadores cumplió su cometido

El vigoroso acto en medio del diluvio en Plaza de Mayo fue todo un símbolo de la solidez del movimiento piquetero en lucha y el mejor inicio de la III Asamblea Nacional de Trabajadores. Esta fue la más representativa de cuantas se convocaron, con 1.570 delegados acreditados (uno cada treinta compañeros en el caso del movimiento de desocupados, delegados y miembros de comisiones directivas de sindicatos; dos representantes y un invitado por Asambleas Populares, delegaciones de fábricas ocupadas y en lucha). Representaciones enteras y poderosas del interior enviaron sólo delegaciones, por los costos del traslado.


Se hicieron presentes cuarenta y cinco Asambleas Populares, un dato que habla por sí solo de la radicalización y el ensamble que se ha ido produciendo con el movimiento piquetero de parte de uno de los grandes protagonistas de la rebelión popular.


A los convocantes nacionales de las Asambleas Nacionales anteriores (Mijd, Bloque Piquetero Nacional, sindicatos clasistas y en lucha) se sumó la organización Barrios de Pie. Cuatro organizaciones (Mijd, la mencionada Barrios de Pie, el Mtl y el Polo Obrero) aportaron más del 80% de la representación de la Asamblea. Se hizo presente una delegación de la CTD en la Coordinadora Aníbal Verón.


Las presencias, por caso las Coordinadoras de Trabajadores Desocupados de Santa Cruz, Tucumán y Río Negro (Polo Obrero), revelaron una extensión del movimiento piquetero que es parte del ascenso del movimiento popular luego de la masacre de Puente Pueyrredón. Estuvieron presentes empresas y fábricas ocupadas y en lucha – Metrovías, Transporte del Oeste, Clínica Junín, Cristalerías Cuyo, Grissinópoli, Supermercado Tigre, Perfil, etc. – , y se hicieron presentes los delegados recientemente despedidos del frigorífico Eco Carne (ex Cocarsa).


 


Llamamiento


La Asamblea produjo un llamamiento que caracteriza que “el gobierno de Duhalde intentó sobrevivir asesinando piqueteros y se cavó su propia fosa. El giro represivo destinado a ‘limpiar las rutas y las calles’ terminó no sólo con la derrota política sino con el adelantamiento electoral como maniobra de sobrevivencia de un gobierno acabado”, y que la reacción de las masas ante la represión en Puente Pueyrredón determinó un “nuevo ascenso de las luchas obreras y populares en la Argentina”. Destaca que se ha reforzado la tendencia a la ocupación de fábricas y empresas frente al vaciamiento de los capitalistas y resalta la lucha por las seis horas de los trabajadores de Metrovías. Señala la puesta en pie de nuevas listas antiburocráticas y clasistas en los sindicatos, como así también la tendencia de las Asambleas Populares a la ocupación de predios públicos y la lucha de los asentamientos por la tierra, la vivienda y contra los desalojos. Se plantea allí la extensión de los métodos piqueteros en la lucha de los trabajadores ocupados, como en las recientes victorias de Papelera del Plata (Zárate) o ferroviarios del Metropolitano.


Destaca que el plan Jefes y Jefas de Hogar, así como los “consejos consultivos”, destinados a barrer con las organizaciones piqueteras en lucha, han fracasado en su intento y que, en oposición, existe una tendencia a desenvolver la lucha por su aumento y extensión a jóvenes y adultos. Reivindica el cumplimiento del plan de lucha votado en la II Asamblea y el acierto de transformar la jornada antiimperialista contra O Neill en una acción de lucha para acabar con el gobierno ya, y la victoria política del Acampe en Plaza de Mayo frente al operativo destinado a impedirlo y el “concierto” logrado en treinta plazas del país.


• El llamamiento de la Asamblea denuncia que “el mero reclamo de la caducidad de los mandatos refuerza la campaña electoral de los recambios del sistema, de las viudas de la Alianza y el PJ, brindando ante la emergencia una salida al propio régimen y al FMI”. Por eso la Asamblea “apunta a otro 19 y 20 para completar la obra de diciembre. Para quebrar el régimen político y social, para abrir una salida de los trabajadores a la crisis”. En esta perspectiva, “repudiamos la trampa electoral que propone que se vaya Duhalde y que se queden todos y desconfiamos de quienes plantean que la crisis social se resuelve con un cambio de gobierno y la renovación de todos los mandatos para cambiar la composición legislativa”.


Recogiendo el llamamiento hecho por el Polo Obrero en la Plaza de Mayo, el pronunciamiento de la Asamblea llama a defender la unidad internacional de la clase obrera y con los pueblos de todo el mundo que sufren la agresión imperialista y “en vísperas de una nueva invasión a Irak la condenamos y nos solidarizamos con su pueblo”, así como reafirma “el compromiso con la Intifada palestina y con la lucha de todos los oprimidos del mundo”.


Adoptando una decisión significativa, el llamamiento define que “la nuestra es una lucha de poder” y propone “que un Congreso de Asambleas populares, piqueteras, de sindicatos combativos, de fábricas en lucha, de organizaciones estudiantiles y populares, siente las bases de un nuevo poder político popular que abra la salida de los trabajadores a la crisis, antiimperialista y anticapitalista, derrotando la trampa electoral de Duhalde y el FMI con otro Argentinazo”.


 


Plan de lucha


La Asamblea Nacional votó un ambicioso plan de lucha cuyos puntos más altos son la movilización por la libertad de Raúl Castells el 11 de octubre (aprobada a las mismas horas en que se conocía el agravamiento de su situación procesal), el cacerolazo contra el aumento de tarifas, el Triple Acampe (movilización piquetera y asamblearia frente a los tres poderes por “que se vayan todos”), y la Marcha Nacional por el Argentinazo, a un año del 19 y 20 de diciembre.


Las resoluciones votadas establecen una campaña por el paro activo, llamando a las organizaciones comprometidas en la concertación a romper su política colaboracionista y emprender una lucha común, un punto cardinal para la victoria del movimiento piquetero.


Las propuestas votadas en la Comisión de Plan de Lucha incluyen un llamado a la Ccc y Cta a coordinar de inmediato una acción por los perseguidos de Jujuy.


 


Qué salida


Las comisiones – Resolución Política, Programa y Plan de Lucha – fueron escenario de una lucha política, desenvuelta con gran amplitud y argumentos, expresando el salto en la politización del movimiento piquetero, sobre el carácter de la etapa y la salida de los trabajadores frente a la crisis del régimen.


El Mtl planteó el llamado a la constitución de un centro coordinador de las luchas y las organizaciones de los movimientos populares que impulse, a la vez, un bloque de poder político y social con posibilidades ciertas de confrontar por el poder.


El Mtl parte de “la insuficiente construcción de una alternativa popular”. Aunque fue planteado en la Asamblea anterior, esta vez tenía características propias. En primer lugar porque, como fue destacado por varios oradores del Polo, se venía de la experiencia fracasada del “espacio ciudadano”, que pretendió ser un “centro coordinador” que incluía a las fuerzas que se quería convocar y que había alumbrado la ficción de un plan de lucha por “que se vayan todos”. En este punto se defendió la existencia de la Asamblea Nacional como un “centro de coordinación” y que un nuevo escalón de “coordinación” sin una estrategia y una política común tendía a disolver lo producido por el movimiento piquetero.


El Mtl distribuyó en la Asamblea un texto que condena “la tregua interminable de la burocracia sindical cegetista y sus posiciones”, como “el ingreso a la concertación y los consejos de crisis de la Cta y la Ccc”. Pero este mismo texto deja de lado, en el plano estratégico, el planteo de una Constituyente soberana, hecho por el Mtl en otros momentos, como también el llamamiento a un nuevo Argentinazo, dos puntos esenciales para un “centro coordinador”. El Mtl propuso constituir un (nuevo) “bloque político social”, porque “no son suficientes sólo las luchas sociales ni las consignas que, aunque justas, no alcanzan a materializarse por la dispersión”.


 


La votación final


La Asamblea reveló un frente de los restos del morenismo (Ftc, Fos) actuan do en algunos casos en unidad con otras organizaciones (Cuba, Mtr). Presentaron un planteo común por el “boicot activo” a las elecciones previstas para marzo. Esto fue denunciado como un ingreso de estas fuerzas, aunque con un planteo abstencionista, a una “caravana electoral”, que no despega y está reconocidamente en crisis, cuando de lo que se trata es de aprovechar esta crisis para desenvolver la lucha por la expulsión del gobierno y una Constituyente soberana.


Estas posiciones (que no recogieron más de un 15% de los delegados presentes) en el caso de la Ftc y el Fos se despeñaron hacia una impugación de la Asamblea (“lamentablemente, esta Asamblea Nacional será básicamente de trabajadores desocupados”, “ésta no es una verdadera asamblea”, “la práctica habitual de nuestros movimientos es el reparto de las bolsas de comida y el reparto de los planes Trabajar”; impugnan que el movimiento piquetero sea la vanguardia del Argentinazo y llegan a repudiar el bloqueo de los desocupados a los lugares de trabajo por “obligarlos (a los trabajadores activos) a salir a la lucha” (recientemente, el Polo Obrero intervino bloqueando Lavalán contra la policía) (Todas las citas forman parte de un texto común distribuidos por estas corrientes). Sin reparar en contradicciones, estos grupos plantearon también que el Bloque Piquetero Nacional y la Asamblea se convirtieran en un movimiento político.


Más de 600 intervenciones señalaron un salto enorme en la maduración del activismo. La Asamblea Nacional de Trabajadores, en esta tercera, defendió un método pero a la vez trazó un nuevo horizonte de lucha y una perspectiva.