Sindicales

28/3/1996|487

La Lista Violeta no va a elecciones

Empleados públicos de Córdoba

Las elecciones del 10 de abril en el Sindicato de Empleados Públicos están dominadas por dos listas que han nacido de un mismo tronco: la actual conducción del sindicato. Una encabezada por Pihén, el actual secretario general, la otra encabezada por Sánchez, el actual secretario adjunto.


Pihén y Sánchez han sido los responsables máximos de la política de derrota que ha convertido al sindicato en una cáscara vacía y un instrumento del gobierno del ‘Cavallo’ Mestre.


Juntos, llevaron adelante la ‘táctica’ de los paros aislados y desgastantes frente al no pago de sueldos y el derrumbe del gobierno de Angeloz.


Juntos, con la Coordinadora de Gremios Estatales, suscribieron la ‘tregua’ con Menem y Primatesta que deshizo el paro activo que las bases trabajadoras habían votado para quebrar la ley de emergencia.


Juntos, pavimentaron el camino del ascenso anticipado de Mestre suscribiendo la ‘teoría’ según la cual la caída de Angeloz era una “victoria del movimiento popular”…


Juntos, llevaron al muere la rebelión en las reparticiones contra la aplicación de la ley de emergencia y juntos volvieron a suscribir la tregua con Mestre (“mesa de concertación”), dejando correr el desguace de los hospitales y el despido en masa de los contratados.


Si juntos hicieron todo esto, ¿por qué se dividen, entonces? Por la “interna” del gobierno (mestristas-angelocistas) y de la propia burocracia por el apoderamiento de los fondos sociales y los ‘negocios’ que se vienen. Pihén es la ‘lista oficial’ del pacto Mestre-Menem-Cavallo y los resultados de su ‘gestión’ están a la vista. La ‘lista opositora’ no es tal: junto a Sánchez están los punteros angelocistas que intentan reagruparse en la interna radical con el apoyo de Chara; para qué más, está todo a la vista.


¿Por qué no vamos?


La Lista Violeta, junto a activistas y delegados de otras agrupaciones, jugó un papel de primera línea en la organización del movimiento de lucha contra la ‘emergencia’ de Angeloz, primero, y de Mestre, después. Planteamos tempranamente que los recursos que roban a los trabajadores estaban en las cuentas de los banqueros, empresarios y funcionarios que vaciaron a Córdoba y allí había que ir para que la crisis la paguen ellos. Fuimos una de las agrupaciones que impulsó los plenarios abiertos de delegados y activistas del SEP y de todos los gremios estatales, un ‘adelanto’ del congreso de bases que tanto necesita todo el movimiento obrero cordobés.


Los integrantes de la Violeta defendemos esta trayectoria y este programa. Para estas elecciones no se pudo gestar un frente de delegados y activistas que fuese auténtico polo de reagrupamiento frente a los ‘organizadores de derrotas’ que hoy dominan el gremio. Influyó en esto el virtual desmantelamiento del cuerpo de delegados, los golpes al activismo y la convicción de que no se trataba de formar “una lista más”, sino de asegurar una batalla real contra la ley de Emergencia y quienes desde el gremio facilitaron a Mestre su aplicación…


Un ‘plan’ en bancarrota


Más de 5.000 compañeros nuestros y otros tantos docentes han pasado a engrosar las filas de los desocupados. La salud pública ha sido destruida. Cobramos el 60% del salario de un año atrás y una parte en bonos. Pero, ¿se acaba la ley de Emergencia y todo vuelve a la normalidad? No. La ley ha sido prorrogada y el Banco Mundial ha anunciado su ‘dictamen’: salarios de 200 pesos, destrucción de convenios y escalafones, régimen de productividad para todos los empleados públicos.


Se nos redujo el 30-40% del salario y ahora Mestre intenta en una “negociación” con Pihén consolidar para siempre esta baja del salario. Todo el ‘plan’ se reduce a una confiscación sin límites para pagar la deuda con la banca y salvar de la crisis a los empresarios fundidos, y cubrir los desfalcos de Angeloz para evitar la fractura de la UCR.


La Violeta dice: Esto no va más. Fuera el Banco Mundial. Básico común de 1.000 pesos. Defensa de los convenios. Reincorporación y efectivización de los contratados. No a la municipalización de los hospitales. Derogación de la ley de Emergencia. Llamamos a reconstruir el cuerpo de delegados y el plenario abierto de delegados y activistas del SEP para una lucha consecuente, que es lo que reclama la angustiante situación de los hogares trabajadores.


El primer paso es exigir el retiro de la “mesa de concertación” y de toda negociación del “estatuto-escalafón”… Para lo único que sirve la “mesa de concertación” es para darle un “consenso” a Mestre para perpetuar la emergencia, con su secuela de analfabetismo, hambre, desocupación y enfermedad.


La Violeta llama a una campaña que ponga al SEP en estado de movilización, asambleas por repartición preparando la convocatoria a una asamblea general, para aprobar un plan de movilización por la inmediata derogación de la Emergencia.


20/3/96