Sindicales

1/4/1999|620

La lucha docente pone un freno a las cesantías

Si bien la Ctera resolvió iniciar las clases, los meses de febrero y marzo no han pasado inadvertidos en varios distritos del Gran Buenos Aires. 

La Dirección de Escuelas pretendía iniciar el año con un impresionante número de docentes despedidos; esto es, desplazados del sistema y sin posibilidades de ingresar a él. Este ataque se centró fundamentalmente en los preceptores, profesores de EGB 3 y educación física. 

El mecanismo es simple: mediante actos públicos de titularización para esos cargos, se desplaza a provisionales que no cumplen los nuevos requisitos para ingresar a los listados y, por ende, a los cargos. O como en el caso de educación física, no pueden reingresar por la sobreoferta de docentes de esa rama. 

El gobierno pretendió avanzar en toda la provincia con esta política, basándose en dos factores: por un lado, el enfrentamiento entre los docentes por la escasez de cargos y, por otro y fundamental, por la política de acuerdo del Su- teba con el gobierno para que las titularizaciones se realicen a pesar de los despidos de muchos docentes. Mediante esta política, Suteba avaló la realización de los actos públicos en todos los distritos. 

En La Matanza, esta orientación chocó con la voluntad y convicción de los docentes que salieron a defender sus puestos de trabajo, suspendiendo los actos públicos, elaborando un programa don-de se reclama la titulariza- ción masiva y organizándose para llevarlo adelante. 

En este distrito, en San Martín, Almirante Brown y Echeverría, los actos públicos en los que se designaban titulares con este criterio —desplazando a cientos de docentes con antigüedad— fueron interrumpidos con una energía y tenacidad notables. En el plenario de delegados de la Matanza se votó la convocatoria a un congreso provincial de delegados, reclamo que la burocracia se ocupó de archivar. 

Victoria 

La movilización arrancó, hasta este momento, la titularización de los octavos y novenos con autodesplazamiento; lo que elimina los despidos. Además, la pretitularización de todos los maestros de séptimo grado que están haciendo capacitación. Estas conquistas han sido estableci-das sólo para La Matanza, lo que plantea la movilización para extenderlas. Los funcionarios se comprometieron a ampliar los cargos de preceptores, incluyendo al séptimo, además de los octa-vos y novenos y a crear vacantes en primarias. 

Crisis 

Esta situación provocó una división en la comisión directiva de la seccional La Matanza, constituida por la lista Celeste. La división colocó de un lado al sector mayoritario pro Alianza, que defendió la realización a toda costa dé los actos públicos, siguiendo las directivas del Suteba provincial, y otro sector encabezado por la secretaria general del distrito, que ante la presión de los docentes tomó parte de los reclamos y acompañó el movimiento. Estas diferencias fueron públicas y notorias en los actos públicos, con enfrentamientos a los gritos por ambas partes, frente al desconcierto generalizado de la base celeste. 

La crisis en la conducción celeste es un reflejo de la crisis política general, que ha colocado a los sindicatos y sus direcciones en la disyuntiva de apoyar incondicionalmente al gobierno y la Alianza, o tomar los reclamos de las bases que están siendo atacadas por un sinnúmero de maniobras para liquidar sus conquistas. 

La escisión de la directiva del Suteba La Matanza aún no ha superado los límites de la posición frente a los actos públicos. Ambos sectores defienden en común la estrategia política general seguida por Ctera en los últimos dos años, incluida la ley de finan- ciamiento que va a liquidar el Estatuto del Docente. 

Pero ha abierto un debate y una crisis en su propia base y en la docencia en general, sobre la necesidad de una política independiente por parte del sindicato frente al PJ y la Alianza. 

La conclusión de la necesidad de una política independiente de los trabajadores, para imponer nuestras reivindicaciones, está más clara que nunca.