El gobierno provincial impuso a través de las burocracias de Atep, Apem y Amet un básico salarial de 350 pesos y la quita de un ítem remunerativo (estado docente) que equivalía al 50% del básico. La dirigencia entreguista fue más lejos todavía, al aceptar “un formal compromiso por parte de los gremios firmantes de no efectuar medidas de acción directa, incluyendo manifestaciones públicas en reclamos de reivindicaciones y en particular, entorpecer de cualquier manera el normal desenvolvimiento del Estado y de la provincia en sus distintas actividades, lo cual incluye las manifestaciones que de cualquier forma perjudiquen derechos de terceros”.

 

La Unión Docentes de Tucumán convocó a una marcha de antorchas, de protesta, que reunió a unos 500 docentes el 1 de marzo. Como resultado de esa acción, desde la Legislatura, por intermedio de Juri, se comprometieron a restituir el estado docente y a atender otros reclamos, como un mayor aumento del básico. Sin embargo, el bloque legislativo que preside Juri sigue toda la política de Alperovich. La comisión de educación de la Legislatura cogobierna con la camarilla que dirige la Secretaría de Educación.

 

La directiva de UDT ha impulsado la realización de asambleas y elección de delegados. El sábado 11, al mediodía, un plenario iba a decidir el curso de acción a seguir. El descontento es muy grande y el reclamo de plan de lucha crece en las escuelas.