Sindicales

11/9/1998|600

La “Mesa de Reestructuración” con la política de Mestre

Los trabajadores de Epec están en una encrucijada. Mestre quiere reventar el convenio de Luz y Fuerza para introducir la polifuncionalidad, la movilidad, rebajar los salarios y los aportes patronales, entre otras cosas; para dar vía libre a la privatización de la empresa.


Las recientes licitaciones para lectura de medidores y conexiones son una de las varias tercerizaciones que se están implementando en la empresa; otras quedaron en manos de una Cooperativa que fue fundada por el gremio (Racero era su presidente) y que llevó a la expulsión de 7 miembros de la directiva. A través de las tercerizaciones, se van desplazando a los trabajadores de Luz y Fuerza por otros con salarios bajos y sin derechos laborales. Epec pretende desprenderse de dos tercios de su personal (más de 2.000 trabajadores). 1100 trabajadores se anotaron para acogerse a los retiros voluntarios, pero la patronal tuvo que parar la lista en los 590 ante el peligro de colapso del servicio.


La directiva del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba colabora con el gobierno en la llamada “Mesa de la Reestructuración”, junto a los sindicatos privatistas de Villa María y Río Cuarto; “los gremialistas reconocen, por lo bajo, que serán inevitables algunos cambios (en el convenio laboral)” (La Voz del Interior, 31/7). La directiva de Córdoba se ha metido de lleno en la estrategia patronal de la “reestructuración”, un camino sin salida para los trabajadores. Frente al anuncio del ministro de Obras Públicas de que se continuarán con las licitaciones de los medidores y conexiones (tercerizaciones), Racero llamó a “actuar con cautela” y reiteró que el gremio llevará a la Mesa una propuesta para “bajar los costos de lectura de los medidores de Epec… ‘estamos dispuestos a discutir la posibilidad de que quienes hacen la lectura trabajen con un recorte sobre el excedente’, indicó una fuente gremial” (La Voz del Interior, 5/8).


Los problemas de Epec no están en el “costo laboral” sino en los contratos leoninos, en los chanchullos que convirtieron a Epec en una ‘caja chica’ del radicalismo y en los subsidios a las grandes empresas. El gremio tiene que pegar un giro de 180º en su política: retirarse de la Mesa, colocar como eje la defensa del convenio y la investigación de las cuentas de la empresa a cargo de los trabajadores y, con estos planteos, salir a la lucha.