Sindicales

7/6/2001|709

La movilización del 29 del Polo Obrero

Por su masividad y composición, la movilización convocada por el Polo Obrero a la Jefatura de Gobierno superó todas nuestras previsiones. La marcha cruzó el centro de la ciudad luego de detenerse en el edificio ocupado de Aerolíneas y concentrarse frente al Ministerio de Trabajo. Participaron las villas más importantes, como la 1-11-14, la 31 y la 21-24; trabajadores de subtes, gráficos, municipales y otros; sin techo de La Boca y vecinos de Belgrano que reclaman resarcimiento por las inundaciones. Fue importante la presencia de delegaciones de piqueteros de La Matanza, Villa Corina, Berazategui, Varela, La Plata, Berisso, Tigre y San Fernando. La marcha no fue un mero registro de fuerzas, se convirtió en un canal del descontento popular para los explotados de la Ciudad.


 


El salario mínimo


La respuesta de los funcionarios a cargo de las “políticas sociales” *el subsecretario socialista, Daniel Martini, y Liliana Chiernajowsky, vicejefa frepasista de Gabinete* al documento del Polo, puso de manifiesto la posición de clase de la pequeña burguesía progresista. En relación al planteo de salario mínimo de 600 pesos, nos señalaron que “el mercado, que rige las relaciones laborales, no convalidaría hoy un salario de ese monto, teniendo en cuenta el desempleo existente”. No es este, sin embargo, el criterio de Ibarra al beneficiar a los contratistas de la ciudad con la ley de “Trabajo Argentino” (50 millones de pesos); ni a los operadores turísticos con la Ley de Turismo. Es precisamente en oposición a esta política estatal capitalista *que pagan los contribuyentes de la Ciudad* que reclamamos una Ley de Salario Mínimo, por una jornada de ocho horas, que deberán pagar los monopolios capitalistas que explotan a los trabajadores.


 


Desocupación


Reclamamos una salida a la desocupación a partir de un plan de obras públicas que emplee a los desocupados de la ciudad. Opusimos este planteo a los “microemprendimientos”, que pretenden transformar a las organizaciones de desocupados en “ONGs” con “salarios” de ciento sesenta pesos, para separar a los desocupados institucional y políticamente de la clase obrera. Los funcionarios defendieron el criterio de la entrega “individual” de planes de empleo o ayuda alimentaria, previo “empadronamiento oficial”. Es claro que los planes sociales de la Ciudad, extremadamente escasos, están al servicio de los “punteros” que ofician circunstancialmente como funcionarios públicos.


 


Perspectivas


Otra cuestión central fue nuestro planteo de suspensión de los desalojos (ver aparte) por dos años, asistencia a quienes no pueden pagar los alquileres porque fueron despedidos, e intervención del Estado para detener la ola expulsiva. Al final, reclamamos que la carta abierta presentada por el Polo, nos fuera respondida por escrito. Se estableció, además, un mecanismo para continuar el tratamiento de la “agenda”. Junto a estos temas centrales, se incluyeron reivindicaciones de diferentes movimientos de lucha: jornada de seis horas para los trabajadores del subte, escrituración de tierras en las grandes villas de la Ciudad y una salida para el Padelai a favor de sus habitantes y en reconocimiento de sus derechos adquiridos.


El mérito principal de la movilización del 29 fue la presentación de una estrategia política única de la clase obrera, desocupados y ocupados, con techo o sin él; o sea, un programa que plantea una salida de conjunto desde el punto de vista de clase de los explotados. El movimiento está creciendo mediante la agitación, la denuncia, la organización de las luchas y los reclamos, y un programa político. Así, el descontento popular servirá para forjar una nueva dirección política para los explotados y para el país.