La patronal del supermercado Norte se ha lanzado a una ofensiva negrera, con la total complicidad del sindicato de empleados de comercio.

Hay una clara política de desgaste, por medio de traslados, muchas veces a más de 20 kms. del lugar de trabajo original. Cambios de horarios instantáneos y sorpresivos.

Está planteado para los próximos meses rotación (en ambos de los aspectos señalados) del personal efectivo, en distintas áreas.

Pero lo más destacado, es la imposición a los trabajadores de los depósitos de ir uniformados desde su domicilio, justificando la medida por recientes robos. Violando elementales medidas de higiene y legales, la negrera patronal del Norte nos retrotrae a principios de siglo, cuando un legislador terrateniente presentaba un proyecto de ley para que a los obreros “se los pueda reconocer en la calle”.

Todo esto no tiene respuesta —ninguna— por parte del secretario de comercio. Se ha convertido en uno de los gremios más superexplotados del país.

La nueva camada de activistas debe encarar la organización de los locales con un programa de reivindicaciones. Pago retroactivo de las extras desconocidas. Rehabilitación de vestuarios. Reubicación de los trabajadores en su lugar. Horario original.