Sindicales

1/2/2020

La patronal de Gri Calviño monta provocaciones

Por un plenario de delegados de la UOM Quilmes, Varela, Berazategui.

El conflicto entre la patronal y los trabajadores se desencadenó como resultado del intento de violación patronal del régimen de trabajo (36 horas semanales con el pago de 48, para intentar volver a las 48 horas semanales privando a los trabajadores del comedor de fábrica). La conciliación obligatoria que comenzó el 9 de enero impuso durante el lapso de su duración el régimen que intentaba ser transgredido. Dicha conciliación fue el resultado de una acción de lucha consistente en un paro y corte de la calle frente a la fábrica.


En el transcurso de la misma la patronal ha desatado innumerables provocaciones. Ha presionado a los trabajadores tratando de impedir que hablen con los delegados, no pagaron la quincena del 21 de enero completa (los trabajadores cobraron entre $600 y $2.000) con el argumento de que hubo tiempo que ocuparon hablando con los delegados, estos mismos fueron objeto de descuentos más severos por comunicarse con los compañeros que representan (todo lo cual expresa claros casos de práctica desleal sancionada incluso por la ley de asociaciones sindicales), ha habido airadas y prepotentes amenazas de despidos por parte de la gerencia de personal, etc. Como resultado de esta falta de pago se inició una retención de tareas o trabajo a reglamento por parte de los trabajadores. La respuesta patronal fue redoblar la apuesta mandando escribanos a labrar actas, y al mismo tiempo impedir el uso de las máquinas, envolviéndolas con papel film, como así también la ausencia de órdenes de trabajo de los supervisores a los trabajadores. Con todo, lo cierto es que la patronal estaba transgrediendo la conciliación obligatoria, tratando de precipitar la reapertura del conflicto. El resultado de esto fue que hubo denuncias cruzadas de violación de la conciliación obligatoria, cuyo resultado fue transitoriamente favorable a los trabajadores en el sentido de que la delegación de la Secretaría de Trabajo de Quilmes ordenó el pago completo de las quincenas por considerarlas de carácter alimentario (otro triunfo obrero frente a otra provocación patronal) y dejó sin validez los testimonios de los escribanos patronales, desmentidos por inspectores de la secretaria mencionada.



De todos modos, el 22 de enero, en una nueva provocación, la patronal permitió el ingreso de un auto de la policía de la provincia del que descendieron el jefe de calle y la subcomisaria de la comisaría de Bosques, quienes ostentando armas en la cintura ingresaron al cuarto gremial a apretar a los delegados aduciendo toma de fábrica e incendio, siendo repelidos por los compañeros presentes. Lo dicho hasta el momento nos permite pronosticar que la patronal se apresta a una ofensiva de magnitud contra los trabajadores, vencida la conciliación obligatoria, el 5 de febrero. Podemos añadir además comentarios de pasillo sobre la posibilidad de despidos, como así también que la patronal no ha retirado de la aduana insumos (bridas y otros), a la espera de la imposición de un régimen laboral de 48 horas, en lugar de 36, lo cual implica un ataque contra los trabajadores y el cuerpo de delegados.


Aunque la patronal somete a los obreros de la planta a un régimen de miseria salarial y de premios a la producción y al presentismo completamente esclavistas, no pagando este último cuando hay enfermedad (violando el artículo 40 del convenio), pagando un salario de apenas $30.000 mensuales, con pocas excepciones que perciben entre $40.000 y $ 50.000 (todas por debajo del costo de la canasta familiar y la mayoría por debajo de la canasta de pobreza), que no paga a medio oficiales y oficiales la categoría correspondiente, incluidas las compañeras mujeres, la patronal pretende una mayor carga horaria para incrementar su ganancia. Lo que ocurre en Calviño se repite en la mayoría de las empresas metalúrgicas.


En consecuencia, mientras los trabajadores de Calviño se preparan para rechazar con la acción directa las pretensiones patronales, es necesario reclamar a la UOM seccional Quilmes, Berazategui, Varela, un inmediato plenario de delegados con mandatos de asamblea de fábrica que ponga en primer lugar la defensa de los compañeros de Calviño contra la ofensiva patronal, e incluya el reclamo de la convocatoria a paritarias inmediatas cuya demanda central debe ser un salario igual al costo de la canasta familiar ($62.000), la supresión de todas las cláusulas de premios que someten a los metalúrgicos a un trabajo esclavo, su incorporación sin condiciones al básico, la prohibición de los despidos y el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.


Es imprescindible, frente a la miseria salarial creciente, los despidos abierto y encubiertos, romper con el pacto social cuya pretensión es que los trabajadores paguen la crisis, en función del pago de la deuda usuraria al FMI y a los fondos de inversión y bancos.