Una masiva asamblea no docente resolvió por amplia mayoría aceptar una “nueva” propuesta de la UNLP (pago de un “plus” en cuatro cuotas de noventa pesos, otra de 60 y los días caídos de huelga) y levantó el paro después de casi 20 días. La tenacidad de bs huelguistas, las asambleas permanentes de 500 compañeros, la masividad de los paros, hizo aparecer la “oferta” y decidió al Consejo Superior a dar marcha atrás en su pretensión de quebrar la huelga con “mano dura”.

El paro desenmascaró la política “menemista” de la dirección universitaria y sus aliados. El rector Lima, el Consejo Superior, la conducción de la FULP (Franja Morada y MNR-PSP) se “movilizaron” bajo la dirección del diario El Día y actuaron abiertamente como enemigos jurados de la huelga.

La suma arrancada es muy inferior al reclamo original (9 cuotas mensuales de 150 pesos hasta fin de año, más un 8% de aumento salarial). En el levantamiento del paro tuvo un peso decisivo la dirección de Atulp, cuyo compromiso con una fracción “opositora” del Consejo Superior, impidió una victoria decisiva y aplastante. Con el paro se ha abierto una nueva situación en el gremio, que se expresa en el funcionamiento del Plenario de Delegados y en la evolución de un activismo combativo (parte del cual intervino, fundamentó y se opuso al levantamiento del paro), que plantea la formación de una agrupación clasista y un bloque combativo en Atulp.