Sindicales

30/4/2020

La Plata: tras el paro de repartidores, el municipio mete la cola

El viernes 8 harán una nueva medida para reclamar elementos de higiene y aumento de 100% por pedido.

La medida de fuerza de los trabajadores de las apps de reparto, coordinada a nivel internacional el pasado miércoles 22 de abril, puso en la agenda nacional la situación de precariedad que sufrimos y que se agrava en medio de la pandemia. Si bien por ahora las empresas siguen sin atender los reclamos, el paro empieza a mostrar su impacto.


En los últimos días, la Municipalidad de La Plata y el sindicato ACRI (Asociación Civil Repartidores Independientes) firmaron una disposición que apuntaría a “implementar un nuevo método de trabajo para reducir la demora en la entrega de pedidos”. El texto publicado por la Secretaría de Políticas Públicas local fue rubricado también por grandes cadenas de comidas rápidas como Mc Donald’s o Burguer’s King.


Pero estas mismas empresas están despidiendo, suspendiendo y rebajando sueldos a sus trabajadores. En estas condiciones, la resolución municipal que pide implementar un método de trabajo más veloz es una exhortación a que aumenten la superexplotación, las presiones y los malos tratos que sufren los trabajadores de esas cadenas de fast food. Por otro lado, la Municipalidad insta a que “todos los empleados de locales comerciales utilicen elementos de higiene y seguridad”, pero ni siquiera hace mención a la desprotección que denuncian los repartidores.


La intendencia de Julio Garro, que aparece ahora haciendo demagogia, tampoco se solidariza con el resto de los reclamos que los trabajadores de las aplicaciones levantaron en la jornada de lucha, como el aumento del 100% en el pago de cada pedido.


Lo mismo vale para la burocracia de ACRI, que con la ayuda del municipio intenta arrogarse la representación de los trabajadores del reparto de la ciudad, cuando en realidad no puso a debate este acuerdo en ninguna asamblea ni cuerpo de delegados. Además de dejar de lado la mayoría de los reclamos, el sindicato incluso desvía la tensión que debería dirigirse hacia las empresas, que nos emplean de manera precarizada a través de la figura del monotributo y no se hace cargo de la exposición que sufrimos durante la pandemia.


ACRI es un aparato ajeno a los trabajadores, que intenta imponerse en base a su asociación con el Estado para contener el proceso de organización de los trabajadores de las apps. La connivencia con el municipio quedó en evidencia cuando se viralizaron los audios de Whatsapp en los que el secretario general, Mauro Lopez, comenta a la comisión directiva del sindicato su intención de pedir a la policía local que reprima una concentración de los repartidos que reclamaban por la inseguridad que sufren cuando trabajan.


A esto se suma una ordenanza que votó el Concejo Deliberante el jueves 29 -también apoyado por ACRI sin consultar con nadie- para habilitar dentro del rubro delivery y flete a los taxis y transportes escolares. Esta disposición convierte al sector en un “sálvese quien pueda”, más teniendo en cuenta que todos trabajan a destajo. Se pretende que los repartidores de aplicaciones cubran las afueras de la ciudad, lo que los expone más aun a las zonas liberadas para el delito.


Rechazamos esta competencia que se quiere generar entre los trabajadores de distintos rubros golpeados por la crisis, y reclamamos en cambio un subsidio de 30.000 pesos para todos los trabajadores afectados por la pandemia.


La asamblea de repartidores resolvió volver a parar el viernes 8 de mayo para seguir reclamando elementos de higiene elementales para poder cuidarnos y un aumento del 100% por pedido, para poder reducir el tiempo de exposición al contagio de coronavirus -ya que hoy en día las jornadas son de hasta 14 horas diarias para arrimar un ingreso que permita cubrir a la canasta básica. Sigamos organizándonos para imponer a las empresas nuestros reclamos y terminar con la brutal desprotección de los trabajadores de apps.