Sindicales

27/11/1997|566

La tardía huelga docente

Cuando este número de Prensa Obrera esté en la calle se estará realizando un nuevo paro nacional de la Ctera. La medida tendrá un acatamiento masivo en todo el país.


En las filas del magisterio existe un clima de indignación, luego del conocimiento del proyecto de “profesionalización docente” de la Decibe. Con motivo del estallido de la crisis financiera mundial, los ‘planes’ de los órganismos financieros se han vuelto todavía más ‘exigentes’ y contemplan menos préstamos —recortando o aun suprimiendo los que ya habían otorgado— y más ajustes de los países deudores. Es decir, lo único ‘certero’ es la flexibilización laboral docente, es decir, la pretensión de arrasar el Estatuto del Docente.


Aunque Maffei y Cía. han procurado disimularlo, este nuevo paro nacional es una confesión del fracaso de la estrategia de la Ctera. Si la dirigencia de la Ctera confió que el éxito electoral de la Alianza iba a ser la llave para arribar a una salida satisfactoria de los reclamos docentes, las declaraciones de la Meijide en Washington son su mejor desmentido: “en la situación actual de nuestro país no sería responsable pedirle al Gobierno mayores partidas para aumentar los salarios docentes” (Página 12, 21/11).


En este marco, nace este nuevo paro nacional que la dirección sindical procuró evitar, con lo que llegamos a fin de año … con las manos vacías.


Salta a la vista la necesidad de operar un cambio de rumbo y pasar a una nueva etapa. Es necesario organizar un plan de movilización durante el verano y votar ya el no inicio de las clases para el próximo año, por tiempo indeterminado, hasta que se satisfaga el reclamo de un básico de 700 pesos. La Carpa debe ser utilizada como un centro de agitación política al servicio de esta perspectiva. La docencia debe ser convocada a deliberar y decidir, mediante la convocatoria a un Congreso de bases de la Ctera, que permita motorizar esta movilización y llevarla a la victoria.