Sindicales

7/6/2007|995

Las elecciones de ATE: Grandes votaciones clasistas

Al igual que en la CTA, los resultados de la elección de ATE deben ser considerados allí donde la oposición presentó lista. Más allá de algún triunfo irrefutable, el 90% anunciado por la dirección carece de todo valor.


El padrón de ATE es ficticio. Su adulteración es uno de los principales resortes de la victoria. En todos los lugares donde no está la oposición, al igual que en la CTA, se adjudican el 95% de votación y de concurrencia, lo que es definitivamente falso.


Basta decir que en dos seccionales importantes donde se presentaron varias listas, como Capital y Rosario, la concurrencia estuvo debajo del 30%; esto baja todavía más (al 10%) en los lugares donde hay listas únicas de la Verde.


Una dirección dividida


En ATE se repite el proceso de cooptación kirchnerista de la CTA, lo que llevó a la Lista Verde a dos clases de divisiones: quienes cansados de las medias tintas se han cruzado a una línea abiertamente K u otros sectores operados por los propios gobiernos provinciales que han dado lugar a distintos “tonos” de Verde (Verde-Negro, Verde-Blanca, Blanca-Verde, Verde Federal, etc.) y finalmente, quienes rompen por izquierda frente a un sindicato que ha fracasado en constituirse como la “alternativa” de lucha contra UPCN.


Los procedimientos de la elección


El padrón fue entregado horas antes de la elección; las boletas igual.


Como “ladrón novato”, los verdes ni siquiera se han preocupado por disimular. Así, por ejemplo en San Luis (como en muchas otras seccionales) la Lista Verde habría obtenido el 100% de los votos emitidos, 617 sobre 617 votantes.


En Catamarca las urnas jamás aparecieron o lo hicieron por minutos en los hospitales autoconvocados. A los compañeros de Mar del Plata les encajaron una urna para fiscalizar en el Casino… ¡de Tigre! 48 horas antes les notificaron de otra urna nueva con 200 más de padrón, y la lista sigue…


A esto deben agregarse los métodos patoteriles típicos. Los compañeros de Sarmiento, Hurlingham y Echeverría recibieron amenazas y una hostilidad permanente por parte de la burocracia, lo cual en algunos casos mereció denuncias penales.


La votación de la Multicolor


El voto de la Multicolor (un frente entre la CCC, el MIC y el PO) fue alto en muchos lugares de trabajo que estuvieron en lucha. Ganamos la dirección en las seccionales Brown, Lomas, Bariloche, Comodoro Rivadavia y General Pico.


La combativa seccional ATE Sur —dirigida por los compañeros de la Víctor Choque— fue dividida en forma inconsulta por la burocracia en dos seccionales (Lomas y Brown). Pero la maniobra sólo les valió una doble derrota en ambas seccionales, destacándose la elección plebiscitaria de Lomas, donde se ganó por más del 70% de los votos. En Comodoro Rivadavia —dirigida por la Bordó— la lista local, pegada al frente nacional, volvió a ganar y en Bariloche la Multicolor se alzó con un importante triunfo, conquistando una nueva seccional. El fraude y el aparato birlaron la victoria a la Multicolor en Cañuelas (por 6 votos) y Hurlingham (por 49), y a la opositora Lista Blanca y Verde de Córdoba en Río Tercero (también por 6 votos).


En Capital, la Verde-Negra se inscribió en la línea K de Depetris en forma camuflada; instrumentando un discurso “antiburocrático” conquistó a una cantidad de delegados descontentos con la política claudicadora de ATE. De este modo, la V-N obtuvo el segundo lugar con 1.700 votos y la Multicolor retrocedió a unos 500 votos, ubicándose en el tercer lugar. La Multicolor se impuso en las urnas de los hospitales Udaondo, Alvarez y del Quemado, en el Cenareso, Contaduría y en el Teatro Colón, que encabezó la lista con su Secretario General José Piazza, de la Lista Violeta.


La Lista Violeta apoyó y formó parte también de las listas Naranja de Rosario, Blanca y Verde de Córdoba, y la Violeta-Azul de Hurlingham que integramos con sectores que rompieron con el oficialismo. Allí, la burocracia logró retener la dirección (aunque en Hurlingham las elecciones se encuentran impugnadas) pero en forma muy ajustada (al igual que en Cañuelas), lo que promete el desarrollo de una fuerte oposición que impulsará la lucha y la unidad del gremio allí donde ATE impulsa la derrota.


Resaltan la gran votación de la Multicolor en Mar del Plata, con un 32%; de la Violeta en Mercedes, con un 25% y también en Sarmiento, con un 22%; todos lugares donde se abre un gran campo para el activismo antiburocrático y para nuestra agrupación.


Astilleros Río Santiago muestra una crisis de la izquierda que milita al amparo de la burocracia de la Lista Blanca oficial: la CCC y el PTS. Ambas corrientes sacaron votaciones mínimas que no llegaron al 10%; en cambio, una lista kirchnerista se colocó como oposición masiva a la Blanca-Verde. La flamante agrupación Violeta del Astillero llamó a votar a la Multicolor nacional y provincial, y en cambio no apoyó en la seccional el frente colaboracionista CCC-PTS.


La Violeta se estructura nacionalmente


De 200 candidatos aportados en la elección de la CTA, la Violeta (PO e independientes) saltó a 400 en estas elecciones.


A lo largo de la campaña realizó un sinnúmero de recorridas, en muchos casos comunes con la Multicolor, destacándose un gran trabajo de equipo en Buenos Aires con los compañeros de la Marrón.


En la campaña denunciamos el acuerdo trucho e inconsulto realizado por ATE en Buenos Aires, que firmó la misma porquería contra la que se encontraban luchando los compañeros de Santa Cruz; repartimos decenas de miles de folletos con el programa común de la lista, pegamos miles de afiches y obtuvimos cientos de fiscales.


Salimos de esta elección con una agrupación fortalecida y una burocracia con un sinnúmero de deserciones en sus filas. Durante la campaña nos hemos encontrado con delegados provenientes de la Verde que están rompiendo con esta burocracia.


Tenemos planteado impulsar la recuperación de las comisiones internas, rescatar a los delegados combativos que rompen con la burocracia, luchar por un salario mínimo por equivalente la canasta familiar, por el pase a planta de los compañeros y por el conjunto de las reivindicaciones, impulsando para ello la unidad de todos los estatales y la organización independiente respecto del gobierno y la burocracia sindical. El boletín nacional Tribuna Estatal de la Violeta estará al servicio de esta perspectiva.