Sindicales

9/12/2019

Las elecciones de UTE-CTERA

El 3 de Diciembre se llevaron adelante las elecciones de UTE-CTERA. La celeste ganó en una elección que, como lo viene haciendo hace 30 años, fue armada a su medida y sufrió todo tipo de irregularidades y maniobras. La junta electoral estaba sólo conformada por la conducción; no entregaron los padrones por mesa a las listas de oposición; la negativa a que los afiliados puedan firmar una vez que votaron; la negativa a dar los contactos de quienes estaban junto a las urnas volantes para poder ubicarlas mientras esas urnas cambiaban su recorrido para “perseguir” votantes celestes; la apertura anticipada de mesas de votación; la negativa a los fiscales a acompañar la urna dentro del sindicato. Y podemos seguir una larga lista de irregularidades en toda la elección. 


Angélica Graciano en su primer discurso como Secretaria General electa, señaló los objetivos de la celeste: “Tenemos un desafío: derrotar a Larreta en dos años”. Pasamos del “Hay 2019” al “Hay 2021”. Es que el pacto social que propone Alberto Fernández y la Celeste suscribe, incluye en la Ciudad al gobierno de Larreta. Mientras nuestro salario se pulveriza con la inflación y Larreta avanza día a día con las reformas antieducativas (secundaria del futuro, Unicaba, sumarios y ataque al estatuto). Los que no esperaron a 2021 fueron los residentes y concurrentes de los hospitales públicos que con un paro indeterminado y movilizaciones, lograron voltear la Ley de Larreta en contra de sus condiciones laborales. 


En cambio tanto Graciano como Eduardo López, en sus discursos tras el triunfo, no mencionaron las próximas batallas que se vienen, como ser la lucha por el salario y en defensa del Estatuto Docente, pero si llamaron a ir el 10/12 a la asunción del gobierno. Atan la intervención del sindicato al gobierno nacional de F-F; a la par de las declaraciones de Caló, Daer y Moyano, como parte del pacto social que lejos de favorecer a las y los trabajadoras/es comienza a configurarse para hacer pasar las recetas del FMI, el pago de la deuda externa, las reformas de los convenios colectivos de trabajo, la reforma previsional y los aumentos salariales a la baja.


Una división de la oposición que favoreció a la celeste 


Al analizar los resultados de las listas opositoras (la multicolor y la  gránate), estos muestran resultados contradictorios.


Porque al sumar los votos de ambas listas la oposición obtuvo un mayor porcentaje y sumó más votos que en las anteriores elecciones de 2015. Y también fue notorio que tuvo más fiscales, reduciendo el margen de maniobras y fraude de la Celeste. 


Pero pese a tener más votos y porcentaje se eliminó la representación que había conquistado en las anteriores elecciones. Se pasó de haber conseguido 8 congresales opositores en la última elección a en esta no haber obtenido ninguno.


Es que el piso proscriptivo de 20% por zona que colocó la celeste, al ir dividida la oposición no se pudo conseguir en ninguna zona ni para la multicolor (11%) ni por la gránate (10%).


La decisión de la Simón Rodríguez de abandonar la multicolor y formar su propia lista (la gránate) sin mediar explicación alguna de las razones esta división hizo retroceder posiciones a la oposición, favoreciendo a la conducción celeste. 


La campaña de la gránate basada en democratizar el sindicato, tomó los mismos planteos que viene sosteniendo la multicolor: apertura a la participación, convocatoria a plenarios de delegados, desarrollo de un plan de lucha.


La única diferencia visible entre la multicolor y la gránate, es que la multicolor defendió además que el sindicato debe ser independiente de todos los gobiernos, planteo que estuvo ausente en toda la campaña de la gránate. Por lo que no criticó en ningún momento la subordinación de la dirección celeste de UTE a los llamados al pacto social y a no estar en las calles que sostiene Alberto Fernández.


La división que protagonizó la Simón Rodríguez de los sectores combativos de la docencia ya contaba con antecedentes: en la anterior elección abandonaron la multicolor de Ademys sin mediar tampoco ningún balance de por qué lo hacían, y no participaran en ninguna de las asambleas unificadas que Ademys llamó a todos los sindicatos y afiliados (en especial a UTE) para unificar la lucha y terminar con la fragmentación que tenemos en el gremio docente. 


Por un frente único y la unidad de los luchadores 


Las maniobras de la celeste respecto a la elección no fueron gratuitas. Solo votó un tercio del padrón de afiliados habilitados a participar. 


Lo mismo ocurre en la vida del sindicato que pese a las devaluaciones, ataques como los sumarios y los intentos de vulnerar el estatuto, no hay plenario de delegados de UTE desde ¡abril!


Llamamos a unificar la lucha docente y organizar escuela por escuela para derrotar al gobierno.


Los residentes y concurrentes demostraron que con asambleas unificadas y un plan de lucha continuado podemos derrotar a Larreta y el ajuste.