Sindicales

17/7/2008|1046

Las elecciones docentes en Filo

Círculo docente de Filo

En las elecciones de la Asociación Docente de la UBA (AGD-UBA), en Filosofía y Letras, se presentaron dos listas: Unidad por la Gremial 1º de Mayo, integrante del frente clasista que dirige la AGD, y la Violeta, un frente de sectores que, en nombre del autonomismo, sabotean al sindicato universitario.

En esta elección participan tanto los afiliados a la AGD como los que no lo son. Hubo una gran concurrencia: 456 docentes, más de la mitad no eran afiliados al gremio. Unidad por la Gremial obtuvo más votos que en la última elección pero quedó 10 votos debajo de la Violeta. En la elección anterior, la Violeta había quedado unos 15 votos abajo.

Cuando se compara este resultado con el de la elección para la Junta Ejecutiva, donde solamente votan los afiliados (en la cual no participó la Violeta) se comprueba que la mayoría de los votos de la Violeta vienen de los no afiliados; se trata del sector alejado de la construcción gremial y de las luchas que tuvieron lugar durante el año.

Un bloque reaccionario

La Violeta había sufrido unas semanas antes de la elección la fractura de su sector kirchnerista. Hasta las vísperas de las elecciones, esta lista había sido un frente de los llamados ‘anticapitalistas’ y de los defensores de la ‘reconstrucción de la burguesía nacional’. La iniciativa del divorcio partió de éste, no del primero. Pero a la hora de votar, ‘nacional-burgueses’ de un lado, y ‘anticapitalistas’, del otro, juntaron de nuevo las camas, al menos por una noche.

Si se tiene en cuenta que la lista Unidad había logrado unificar a todas las corrientes de izquierda en las elecciones de la Universidad y de las restantes facultades, es llamativo que el bloque ‘anticapitalista’ hubiera rehusado esta variante para preferir la alianza con los representantes del gobierno. Aunque ambos socios a disgusto integren la franja ‘progresista’ de la política nacional, su unión contra la izquierda los torna reaccionarios.

El discurso ‘autonomista’de la Violeta está especialmente desarrollado en su ‘la izquierda’ y corresponda a la moda en desuso del rechazo por los partidos, lo que equivale al apoliticismo. Pero en la práctica cumplió otro propósito: carnerear los paros nacionales resueltos por la Conadu Histórica con el pretexto de que son decididos “desde arriba”. Se trata de una posición incomprensible, en especial en filosofía, pues ‘los de arriba’ han sido elegidos por ‘los de abajo’, particularmente por los que construyen el sindicato (al final, el más ‘basista’ de los regímenes políticos decide por medio de su instancia electa superior).

En el caso de la Conadu Histórica, las asociaciones de base realizan asambleas para recabar mandatos a la hora de resolver los planes de lucha. Eso sí, una vez resuelto el plan de lucha a nivel nacional todas las gremiales deben acatarlo y esforzarse por llevarlo a la práctica. El principal dirigente de la Violeta sostiene que los paros deben ser puestos a votación de los alumnos ¡en calidad de consumidores! Volviendo a la filosofía, es olvidar que el consumidor es, bajo el capitalismo, un elemento de presión del capital contra los obreros. Es como si los trabajadores de Metrovías pusieran los paros a votación de los usuarios.

El apoyo de la patronal

El decano kirchnerista de la facultad, Hugo Trinchero, la tuvo clara y fue personalmente a votar por la Violeta. De este modo, los ‘autonomistas’ contaron con el apoyo de la ‘jerarquía’, lo cual significa, dialécticamente, que se identificaron. El decano Trinchero ha ido evolucionando ostensiblemente a la derecha desde hace un tiempo y por eso forma parte del bloque que apoya al rector Hallú.

El bloque de los decanos ‘progres’ que integra Trinchero está buscando formar un nuevo gremio en la UBA, Feduba, o sea que no solamente carnerea las huelgas. Es desde esta posición que Trinchero fogoneó el voto por la Violeta. El objetivo de este bloque de decanos es terminar con la lucha docente, una forma ‘jerárquica’ de plantear lo mismo que la Violeta contra los “paros recurrentes” convocados desde arriba. Filosóficamente hablando, si un paro no es ‘recurrente’ no es un paro, es una jornada de ocio o de vagancia, como los que pueblan los días de los burócratas. El propósito de una huelga debe ser, siempre, alcanzar sus objetivos.

La izquierda

Esta confrontación ablandó las convicciones de la izquierda democratizante, que debe haber visto la oportunidad de mellar la fuerza de la izquierda combativa mediante una victoria del ‘progresismo’ de derecha. Esto fue lo que hizo por ejemplo el MST, que a pesar de su “agrarismo” desenfrenado no tuvo problemas en apoyar al bando del gobierno contra una lista clasista. El MST, desde el ‘campo’, se puso del lado del gobierno.

El PCR y el PC, que integraron la lista para junta Ejecutiva de Unidad por la Gremial, y en el caso del PC también la de filo, no militaron ni llamaron a votarla. Tampoco el PTS abrió la boca, pero sus aliados del Viejo Topo de Sociales llamaron a votar la Violeta. Hasta los ‘revolucionarios’ más pintados se pusieron contra el clasismo docente universitario. Delimitarse del clasismo es también una forma de defender el orden capitalista.

Perspectiva

La elección de Filosofía y Letras se dio en un cuadro general donde lo relevante fue la gran elección general que logró realizar la lista Unidad por la Gremial en el conjunto de la UBA. El avance se evidenció en el incremento de la cantidad de votantes y las nuevas afiliaciones conseguidas. De aquí nace la idea de crear un bloque centroizquierdista sin principios contra la dirección de AGD. Habrá que afilar la lucha política para que no prospere un cambalache que solamente puede producir el retorno de Franja Morada (ahora que la UCR se ha ‘revitalizado’ con los productos del agro).

En las próximas ediciones iremos reflejando cómo la minoría Naranja de la nueva Directiva abordará los desafíos que se presentan en Filo.