Mientras la mayoría de los delegados petroleros combativos de Las Heras se encontraban en la asamblea de Oleosur para debatir sobre las ofertas de la patronal (que reconocen las reivindicaciones, días caídos y viandas), un sector de delegados se reunía subrepticiamente con el interventor de la burocracia de la Federación de Petroleros (de Roberti), Flaquier, para nominar nuevos delegados normalizadores de la seccional. La noticia provocó la movilización de los delegados y los trabajadores a la sede del gremio, a la que literalmente sitiaron. Flaquier ya se había retirado, pero los delegados nominados por la burocracia quedaron dentro del gremio ocupado por los trabajadores y delegados. Se los intimó a que rechacen la nominación ante escribano, lo que tuvieron que acatar y ejecutar. Firmaron ahí mismo la renuncia. La asamblea de 500 petroleros votó la aceptación y llamó a una asamblea general del gremio el viernes a las 10 horas, donde votarán los delegados normalizadores a mano alzada, comprometiendo la presencia de Flaquier telefónicamente. La masa de trabajadores pedía una asamblea general del gremio, la discusión de convenio y elecciones. El delegado que cerró la asamblea dijo: “Acá no nos viene a mandar ningún pelotudo de la intervención” y la asamblea estalló en aplausos.