Sindicales

23/5/2013|1269

Las paritarias de la Rosada

Seis sindicatos de importancia fueron a firmar sus paritarias en la Casa Rosada. Subrayaron, de ese modo, su acatamiento a los techos salariales indicados por la Presidenta. Se eligió un mentiroso 24%. El convenio más importante, el de comercio, consiste en un 14% durante seis meses y otros seis de 24%. En promedio, un 19%.


La emblemática UOM, cabeza de la CGT oficialista, firmó por tres meses del 17% y el resto por un 24%, un promedio del 22,5% anualizado. Aquí la trampa es otra: el mínimo conformado es de 4.680 pesos ahora y de 5.000 en julio. Para entonces, la canasta familiar alcanzará los 9.000 pesos.


Además, como las paritarias sufrieron un gran retraso, se liquidan retroactivos o sumas compensatorias que, al momento de su cobro, estarán desvalorizadas.


En resumen, se han firmado porcentajes que no mejoran el salario real, que van detrás de los aumentos de precios y que colocan a la clase obrera más lejos de la canasta familiar.


Estos aumentos no habrían pasado una asamblea de trabajadores. Fueron cocinados con los métodos propios de los Cavalieri, Caló o Pedraza.


Por otra parte, todo un sector de la burocracia kirchnerista firmó por 18 meses. Lingieri, de Aguas; Santamaría, de encargados de edificios; Lescano, de Luz y Fuerza; y Conadu K y Ctera para docentes universitarios (por 16 meses). Así, dejaron a un sector de los trabajadores inermes frente a los ajustazos que se vienen. La burocracia oficial entregó los convenios sin obtener nada a cambio, ni en la cuestión de las obras sociales, ni en el impuesto al salario ni en las asignaciones familiares.


La regimentación del sindicalismo kirchnerista llegó hasta el gremio del subte, cuya dirección -alineada con Yasky- replicó el 23% pactado por la UTA, dando la espalda a la disposición de lucha de los trabajadores. Antes, Yasky había hocicado en la peor de todas las paritarias, la cual terminó con un decretazo contra los docentes.


Moyano y Barrionuevo


Pero la contribución de la burocracia opositora de Moyano y Barrionuevo a estas paritarias con cepo es fundamental. Papeleros, gremio del moyanismo, firmó en abril por cuotas que suman un 26%, pero incluyendo importes en negro. Ahora, se sumó Palazzo, de La Bancaria, con un 24% sin cuotas, pero frente a una patronal cuyas ganancias aumentaron un 41% en 2012. Palazzo, además, fue a la Rosada y rompió con la CGT opositora, a la que considera "partidizada". Como si firmar la entrega del movimiento obrero en la Rosada no fuera una contribución a otra estrategia patronal, la del kirchnerismo.


La línea de Moyano es que cada paritaria quede librada a su suerte: la renuncia abierta a cualquier acción de conjunto, después del gran paro del 20 de noviembre. Está realizando una contribución estratégica a la política patronal de la UIA y el resto de la burguesía, que batalla por aumentos de salarios inferiores a la inflación. Lo mismo para los sindicatos estatales o que dependen de los subsidios del Estado. El derrumbe de la CTA Micheli no pasa por su escasa incidencia en las paritarias, sino por haber colocado sus fichas en una alianza sindical con el moyanismo.


La iniciativa del clasismo


En este cuadro, las iniciativas para romper con los techos de las paritarias de la Rosada provienen de la izquierda, el clasismo y sectores combativos: gráficos, que arrancó el primer plenario de delegados en 25 años; prensa, con sus paritarios de base y movilizaciones por el 35%; Fate, que reclama el 35% y se movilizó al ministerio por la apertura de su paritaria a partir de una asamblea fabril; el pliego por convenio único, con 8.000 pesos de básico, de los sindicatos azucareros de Salta y Jujuy; las seccionales de izquierda de Conadu Histórica, que se movilizaron el 9 de mayo contra el acta paritaria de su gremio.


Tenemos que seguir impulsando esas banderas en todos los gremios que no firmaron, pero también en los que ya lo hicieron. Las asambleas que rechacen esos acuerdos prepararán al movimiento obrero para próximas y seguras batallas.


Este movimiento tendrá una expresión de reagrupamiento y lucha en la movilización del 24 de mayo contra el impuesto al salario y por asignaciones para todos, la que fue convocada en el plenario del Sutna San Fernando. Trabajemos con todo por ella.