Sindicales

17/2/2005|887

Lo conquistado


Los trabajadores de Metrovías obtuvieron un aumento en el salario básico conformado del 19%. Hay que considerar, sin embargo, que se suman a este básico los 100 pesos que otorgó el gobierno a todos los trabajadores de las empresas privadas, con vigencia desde el 1º de enero, cuando el reclamo de aumento salarial de los compañeros de Metrovías ya había sido elevado a la patronal. Dependiendo del nivel del salario básico de cada categoría, el incremento real del básico oscila entre el 25% para las mejor remuneradas y un 35% para las inferiores.


 


Lo que modifica marcadamente esos porcentajes, en beneficio de los trabajadores, es que el monto por antigüedad pasa, de un modo general, de 2,50 a 19,20 pesos por año. Como se estima el promedio de la antigüedad en diez años, el incremento por este concepto sería de 170 pesos. En síntesis, para un trabajador de talleres con 10 años de antigüedad, el salario pasaría de 1.150 a 1.652 pesos, lo cual representa un 44% (de acuerdo a otra estimación, según lo cual, la antigüedad promedio sería de 4 años, el aumento es del 35%). Pero incluso después de esta conquista, el trabajador de Metrovías (en promedio) no consigue llegar, con su básico más la antigüedad, al costo de la canasta familiar, que es de 1.750 pesos.


 


Para los detractores y enemigos del movimiento obrero se puede decir algo más: ese salario promedio representa 500 dólares, o sea que está por debajo de los salarios anteriores a la devaluación. Lo mismo ocurre si lo comparamos en términos de poder adquisitivo, porque representa unos 700 pesos del 2001. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que los salarios de los trabajadores de Metrovías fueron congelados durante todo el período de la convertibilidad, lo que significó una caída del poder adquisitivo del 30-40%. Si consideramos, a su vez, que los trabajadores nunca recuperaron el nivel de salarios anterior a la hiperinflación de Alfonsín (1989) y de Menem (1991), la victoria obrera en Metrovías implica, en términos históricos, el comienzo de una reconquista del valor de la fuerza de trabajo.