En la madrugada del 23 de junio se desvanecieron las “autopredicciones” de la Celeste. Contabilizada la última urna, 32 votos marcaron la diferencia a favor de la Lila-Rosa. Para luchar por el salario, por nuestras condiciones de trabajo y por la defensa de la educación.

 

La Celeste ni aparece en las asambleas o reuniones de delegados. Hizo un acuerdo con la Lista Carmín (devenida en kirchnerista entusiasmada) para juntar los votos, utilizando todo el aparato sindical y político disponible, empezando por el aparato del Municipio.

 

Sin embargo, la ventaja inicial que teníamos después de haber ganado por 200 a 90 la Junta Electoral el 28 de marzo, se fue diluyendo, ya que transcurrió todo un mes, para poner en pie la lista de unidad de quienes conformamos la directiva saliente. Como lo adelantamos en las páginas de Prensa Obrera (ver PO N° 944), en Lomas se expresó el faccionalismo y hasta una aguda descomposición en la izquierda. Se constituyeron dos listas más: Naranja (independientes, del MAS y del MST), Verde (Convergencia, 23 de Mayo e independientes). Estas listas, objetivamente, jugaron para la Celeste.

 

No sólo derrotamos a la Celeste-Karmín, sino que también superamos la confusión y a los divisionistas.

 

La Lila-Rosa sacó en la seccional 556 votos y la Celeste-Karmín 524. La Naranja y la Verde 93 y 96, respectivamente.