Sindicales

20/3/1997|531

Los docentes de Catamarca se preparan para la lucha

El año lectivo 1997 va a estar, necesariamente, plagado de conflictos. Al hecho de mantener deudas salariales impagas desde 1995 y 1996, lo que motivó grandes huelgas y movilizaciones en la última parte del año pasado, se agrega la amenaza permanente a la estabilidad laboral. El cierre o fusión de grados y secciones alertó a la docencia, que unificó su reclamo al grito de ‘derogación’ (de los decretos que ordenan el ajuste en las escuelas); esto obligó al gobierno a negociar, suspendiendo la vigencia de los decretos hasta marzo del 97, con lo que logró frenar el ímpetu de la lucha.


Asi, el paro de 48 horas con el que se iniciaron las clases fue medianamente acatado, por varias razones: muchas escuelas no empezaron las clases por el estado ruinoso de los edificios; en otras, el gobierno autorizó una ‘desinfección’ justo en los dos días del paro; el ministro y la lista celeste y blanca de ATECA, el gremio docente, desataron una campaña de terror con la amenaza de descuentos, etc., pero el hecho es que a dos semanas de iniciado el período lectivo están sin funcionar muchísimas escuelas, e infinidad de grados se encuentran sin maestros, porque no se hacen las asambleas de opción de cargos, desmintiendo la pregonada garantía ministerial de 180 días de actividades.


Sin lugar a dudas, lo que va a activar el conflicto con la docencia es la voluntad del poder ejecutivo de retacear la estabilidad laboral: se están organizando concursos de traslados y de ascensos pero no de ingreso a la docencia, en los que se adquiere la titularidad y por lo tanto la estabilidad (lo que es un reclamo unánime de los docentes). Esta contradicción entre los proyectos del ejecutivo y la necesidad de los trabajadores de la educación de asegurarse el puesto de trabajo, llevará a una confrontación en forma ineludible. Si hasta ahora no se ha producido, es solamente porque las necesidades electorales del gobierno le impiden descargar de un solo golpe el peso de su crisis, sobre la docencia.


De todas maneras, este enfrentamiento marcará el proceso electoral, y será una oportunidad más para que los trabajadores de la educación se organicen y hagan retroceder estos planes.