Sindicales

16/2/2012|1211

Los K y la burocracia de Aoma atacan la lucha popular contra el saqueo minero

Carlos Gil

Olavarría es el principal distrito minero de la provincia de Buenos Aires. En el rubro cementero, es el mayor del país. El 9 de febrero, la Presidenta inauguró por teleconferencia la ampliación de la fábrica Cementos Avellaneda. Junto a la burocracia de Aoma, Amado Boudou, funcionarios de los gabinetes nacional y provincial, así como el intendente José Eseverri escenificaron un guión pautado para atacar la lucha que, a nivel nacional, se está dando contra la megaminería.

El encargado de disparar el tema fue el ex secretario general de la seccional local de Aoma, que ahora es vicepresidente del PJ de Olavarría y fue interventor del gremio minero en San Juan, quien se presentó en la planta convocado por la patronal para que la TV pública lo mostrara codeándose con el presidente de la empresa. Pidió trabajar en paz y “que 4 ó 5 seudo-ambientalistas no corten la ruta (…) somos nosotros los que conocemos mejor la forma de trabajo, somos más ambientalistas que los que dicen ser ambientalistas, porque estamos ahí adentro trabajando” CFK respondió (‘vox populi, vox dei’) “¡Magnífico ‘relato’!” ¡La voz de un burócrata sindical (que tiene un alto nivel de repudio entre los trabajadores mineros) es la voz del pueblo, mientras que una movilización de diez mil personas en La Rioja, el reguero de puebladas con cortes de ruta o el 90% plebiscitario del No a la mina en Esquel resulta una manifestación de seudoambientalistas!

Este burócrata se cuidó muy bien de decir que dos tercios de los empleados de la minería -sea metalífera o cementera- son tercerizados fuera del convenio de Aoma, precarizados por el más barato de los encuadramientos (el de la Uocra), ganando apenas 1.300 pesos quincenales para hacer las tareas más jodidas de la industria. Mientras, Cementos Avellaneda se ufana de haber multiplicado por seis su producción en los últimos diez años.

Cementos Avellaneda, como el resto de las cementeras de la ciudad, ha prosperado al amparo del Estado y en base a una tercerización y precarización laboral brutal. Eseverri (FpV) es el hijo y continuador de la política del anterior jefe comunal, quien pretendió regalarle a esta misma empresa una calle del trazado urbano serrano, en cuyo subsuelo se encuentra un rico yacimiento de caliza. El rechazo popular obligó a cambiar el regalo por una venta.

Pase al convenio de Aoma de todos los tercerizados de las cementeras de Olavarría. Por la recuperación de Aoma para sus trabajadores.

Expropiación de los pulpos mineros. Por una explotación minera racional, controlada por los trabajadores y las asambleas ciudadanas.

Unidad de los trabajadores mineros y de los pueblos que defienden el medio ambiente, su derecho al agua y sus condiciones de vida.