Indec: Los manipuladores del censo despiden a Facundo

La lucha por su reincorporación

El pasado jueves 17 de Febrero, la Intervención del Indec le hizo saber a Facundo Lahitte que no renovaría su contrato, después de casi 4 años de trabajo. El despido de Facundo, sobre el que no pesa ninguna recriminación respecto de su desempeño laboral -todo lo contrario-, está directamente ligado a su conducta gremial y profesional al interior del Indec. Desde su ingreso, Facundo se afilió a ATE y se colocó en el campo de la lucha contra la intervención, sus patotas y la manipulación de las estadísticas. Inmediatamente después de la comunicación del despido se extendió un estado de movilización entre los compañeros del Indec.

La intervención destruyó el Instituto y sometió a sus trabajadores a una verdadera dictadura. A partir de adulterar el IPC, la mayoría de los índices fueron afectados. Los programas de trabajo fueron desguazados, sus técnicos desplazados u obligados a renunciar. El censo de población no fue la excepción: oportunamente, los trabajadores del Indec elaboraron un detallado documento donde denunciaron todas las deficiencias en la preparación del operativo. Recientemente, Cintia Pok, una de las técnicas desplazadas por la intervención, señaló: “Este ha sido el peor censo de la historia en términos técnicos (…). Se supone que un censo de población debe convocar a discusiones transversales con todos los programas del Indec. Es decir, hay un patrimonio común de conocimiento (que) se debe poner en discusión. Esto no pasó” (La Gaceta, 10/1). Luego del operativo censal, comenzaron a crecer las críticas y rechazos a avalar los números salidos de un operativo deficiente y sin los controles debidos. Facundo trabaja, precisamente, en la Dirección de Estadísticas Poblacionales, una de las direcciones más importantes en la realización del censo y donde se hicieron saber estas objeciones. Días antes de la cesantía de Facundo, Ana Edwin, la directora del Indec, dejó correr la siguiente frase: “no se metan con el Censo, porque se van todos…” El despido de Facundo es el resultado de esa “advertencia” , y pretende intimidar a los restantes trabajadores para que no expongan esas falsificaciones. Facundo no aceptó silenciar este nuevo fraude estadístico, ni tampoco lo harán sus compañeros y técnicos. Quien crea que puede “apaciguar a Edwin y Moreno” silenciando sus fraudes, no sólo desconoce a la patota. Estaría traicionando también la larga lucha del Indec, cuyos técnicos y trabajadores fueron desplazados por denunciar las falsificaciones en los índices de precios o en la encuesta permanente de hogares.

Precarización laboral

La posibilidad del despido del compañero descansa en la modalidad de contratación precaria que hace furor en el Estado, sea nacional y K o de la ciudad y macrista. En el Indec, menos de un tercio de los trabajadores pertenece a la planta permanente. El resto está precarizado. Esto implica un doble perjuicio, porque los plus salariales que otorga el estado sólo son para la planta permanente, y porque no tienen garantizada la estabilidad laboral. La tercerización también se hace presente, afectando no sólo a los trabajadores de limpieza sino también a muchos otros compañeros que facturan una “locación de servicios” para una universidad, mientras trabajan y cumplen horario en el Instituto.

La patota de Moreno ha “copado” el Instituto a través de las facilidades que les brindan estas modalidades de trabajo precario para intimidar a los trabajadores.

Campaña y plan de lucha

Facundo es un compañero del Partido Obrero; nunca ocultó su filiación y, en ese carácter, militó intensamente en todas las actividades realizadas en el Indec por el juicio y castigo a los asesinos de Mariano. Su despido es también un acto de persecución política.

Desde el mismo día del despido de Facundo, ha comenzado una campaña y un plan de lucha por su reincorporación.

Se han realizado una conferencia de prensa, ruidazos, y asambleas. Un plenario de delegados de ATE Capital aprobó la moción de realizar una gran jornada el miércoles 2 de marzo en las puertas del Instituto exigiendo la reincorporación de Facundo. Los trabajadores del Indec saben que el despido es un episodio de este largo conflicto. La reincorporación de Facundo sería un golpe a la intervención; reforzaría la lucha por reintegrar a todos los desplazados y despedidos y por echar a la intervención. Redoblemos el plan de lucha hasta que reincorporen a Facundo.