“El gobierno no controla a gremios clave de la actividad económica”, tituló la semana pasada el diario El Cronista. Aludía al alargue de las negociaciones salariales con la UOM y el Smata. Pero tanto la burocracia de la UOM como la del Smata adhirieron fervorosamente al acto kirchnerista del 25 de mayo, que sólo fue posible cuando K terminó imponiendo el tope del 19% a toda la burocracia sin excepción.

 

El Cronista no dice que el 80% de las burocracias ya firmaron los convenios de contención salarial y que las actuales trabas en metalúrgicos y el Smata son excepciones dentro de lo que pauta la regla.

 

En el caso de los metalúrgicos, la burocracia ya acordó el mismo 19% escalonado que el resto de los gremios. Pero por el retroceso histórico que tienen los salarios metalúrgicos (el básico actual es de 800/850 pesos, y las patronales tienen récords de ganancias), la burocracia pretende que haya algún adicional de 100 ó 150 pesos de suma fija no remunerativa. Aun en este caso, el básico metalúrgico llegaría a los 1.100 pesos, que equipara a la alimentación u otros gremios.

 

Con el Smata existe un problema similar, pero su resolución pasaría por otro lado. El básico mecánico no guarda relación con el de otros países que producen autos similares, sin considerar que los precios de los coches aumentaron de manera impresionante. Lo que se está orquestando, con el aval de la burocracia, es la firma de un aumento escalonado del 19% y que cada fábrica vea si puede obtener algunos adicionales.

 

Por eso, planteamos:

 

1) Que no se firme nada sin el previo llamado a una asamblea general.

 

2) En la UOM, por un básico inicial de 1.400 pesos.

 

3) En el Smata, convenio único con un básico inicial de 2.500 pesos.