Sindicales

7/8/1996|505

¡¡Los paritos de vez en cuando no alcanzan!!

El miércoles 31 de julio se realizó el congreso de la UOM Capital para impulsar el paro del 8, con la presencia de 350 delegados.



Lorenzo Miguel abrió el congreso hablando de la importancia de una CGT única, del esfuerzo de la UOM para convocar a un Comité Central Confederal y reorganizar las 62 organizaciones. Habló, además, de relanzar la Juventud Sindical Peronista y de lo “fundamental” que es, para el movimiento obrero, que el secretario general de la CGT sea “verdaderamente peronista”. Luego intervino Cafieri, delegado de Pastoriza, planteando el apoyo al paro y reclamando el Comité Central Confederal.



Después, una seguidilla de delegados plantearon la necesidad de medidas más contundentes para frenar las medidas del gobierno: “¡Paro y movilización!, ¡tenemos que expresar la bronca en Plaza de Mayo!”, planteó el delegado de Pulmi. “¡No esperemos que nos saquen las indemnizaciones! ¡Estamos hechos mierda!, ¿qué más vamos a esperar?”, plantearon otros compañeros. A lo que la burocracia respondió con el remanido “ser respetuosos de lo que decidan los cuerpos orgánicos”.



El compañero Lasar, de Aurora Capital, planteó el problema de los compañeros —9 meses sin cobrar— y reclamó asambleas en fábrica y plantear la lucha contra Menem.



Varios delegados dijeron que el problema es la dirigencia sindical traidora. “Los compañeros no confían en los dirigentes, piensan que la CGT va a volver a negociar con el gobierno”, planteó el compañero de Sadoca.



Para desviar el eje de la discusión, la burocracia planteó la ilegitimidad de un petitorio que la Lista Blanca (Cafieri) le hizo llegar a Lorenzo Miguel dos semanas atrás, reclamando un congreso de delegados de la seccional, a lo que el delegado de Pulmi respondió: “Tenemos que discutir los problemas que tenemos los trabajadores, unir fuerzas para enfrentar al enemigo, ¡a Carlos Menem!”. 



El congreso votó impulsar el paro del 8 para “hacer escarmentar al gobierno” y ratificó a los delegados electos para el congreso nacional, con la abstención de un grupo importante de compañeros. Aunque las intervenciones no fueron masivas (30 sobre 350) y  el congreso estuvo “controlado”, la discusión giró en torno de cómo profundizar la lucha. Como lo planteó un delegado de M. Arrollo: ¡Los paritos de vez en cuando no alcanzan!