La mesa de "unidad sindical de las telecomunicaciones" -que integran los Sindicatos y las Federaciones telefónicas en el ámbito nacional- tuvo que anunciar un "quite de colaboración" y "trabajo a reglamento" en Telefónica y en Telecom del viernes 6 al martes 10 de julio. Es decir, en el medio de un fin de semana largo, dado el fracaso de las negociaciones salariales luego de meses de negociaciones herméticas. El comunicado de la "mesa de unidad sindical", firmado por las cuatro federaciones, anuncia las medidas a pesar "de nuestros esfuerzos por garantizar la paz social". El objetivo de resolver la discusión paritaria sin conflicto entró en crisis y tuvo que dar lugar a una medida de lucha limitada.

El jueves 5, el Ministerio de Trabajo dictó una "conciliación obligatoria" trucha -a pedido de las empresas-, lacual no fue acatada. En primer lugar, porque fue anunciada un día antes de las medidas; pero, por sobre todas las cosas, porque "se han agotado los tiempos de negociación (comunicado de la mesa de unidad sindical), ya que luego de meses de idas y vueltas, es la primera vez que llegamos a julio sin avances, con un plan de acción para una paritaria salarial que se sabe desde hace un año que vence el 30 de junio.

Por ese motivo, el quite colaboración llevó en diversos lugares a una paralización completa de las tareas. Sobre todo en algunas áreas técnicas -revisadores, empalmadores, mesa de prueba, etcétera-, aunque la medida fue dispar en el ámbito nacional y de acuerdo a los sectores. En Córdoba, por ejemplo, el sindicato telefónico (que integra la Foeesitra) llamó a acatar la "conciliación obligatoria". En muchos lugares, la decisión de parar o de realizar asambleas dependió del impulso o de la iniciativa de los delegados y de los activistas, quienes nuevamente han comenzado a levantar cabeza en el gremio.

Las direcciones sindicales, sin excepción (incluyendo al Cepetel de la CTA y a Foetra), boicotearon abiertamente la convocatoria del 27 de junio a plaza de Mayo, a pesar de que cientos de telefónicos se ven alcanzados por este impuesto y no cobran ya las asignaciones familiares. Foetra abandonó estas reivindicaciones para apoyar con todo la movida del gobierno, el cual está llevando a una nueva fractura de la CGT.

En estas paritarias se evidencia, una vez más, el impasse por el que atraviesa el gremio telefónico, alineado detrás de un gobierno que militariza y judicializa las luchas obreras mientras mantiene una alianza estratégica con las empresas telefónicas. Crece el descontento en la base. Vamos por un aumento salarial del 31,5% al básico y sin cuotas. Por una cláusula de enganche salarial, de acuerdo a la inflación. Basta de tercerización y de trabajadores telefónicos de primera y de segunda. Que las empresas se hagan cargo del impuesto al salario. Que se convoque a la movilización por el salario.