Sindicales

18/2/2016|1399

Los trabajadores de Tiempo y el G23, apuntando al Estado

Una nueva etapa: lock-out y “permanencia”

delegado Tiempo Argentino


A casi un mes de la supuesta compra de Radio América y Tiempo Argentino por parte del empresario correntino Mariano Martínez, los trabajadores de Tiempo no han recibido un peso de la deuda salarial que la empresa mantiene con ellos. La patronal nunca ha definido la nueva línea editorial y el plan comercial, y súbitamente ha decidido dejar de imprimir el diario. Por ese motivo, hace diez días que la redacción se encuentra bajo custodia de sus trabajadores que ven, cada vez con mayor nitidez, la intención de producir un vaciamiento de la empresa.


 


Radio América, por su parte, se encuentra de paro desde hace 40 días y los trabajadores han recibido apenas un pago en efectivo de 4.000 pesos a pesar de que la empresa firmara en el Ministerio de Trabajo un acuerdo de pago por toda la deuda. Martínez había prometido resolver el asunto “a la brevedad”, pero nada de eso ha ocurrido. Por el contrario, al lock-out en Tiempo se le sumó el intento frustrado de quebrar la huelga de América, ofreciendo a los operadores técnicos de la antena ubicada en Lugano, el pago de sus salarios a cambio de desviar la señal a un estudio paralelo. Con enorme dignidad, los compañeros rechazaron la provocación e informaron a sus delegados, impidiendo la maniobra. La operación de venta de la radio sigue en un limbo y a la espera de que el Enacom la autorice. Para eso, la nueva patronal debería mostrar señales de solvencia financiera. La falta de pago de los salarios a 450 trabajadores va en sentido contrario.


 


Frente a esta situación, y sin obtener una prueba fehaciente de que la supuesta operación se hubiera realizado, la asamblea de los trabajadores de Tiempo Argentino, decidió orientar su reclamo directamente al poder político.


 


En base a la lucha tenaz, con paros y movilizaciones, se logró abrir un expediente en el Ministerio de Trabajo, y una serie de audiencias en las que fueron citados también Szpolski y Garfunkel. Allí, hemos planteado la necesidad de que el ministerio ofrezca un paliativo bajo el formato de Repro, y se exigió al gobierno que, en virtud de la continuidad jurídica del Estado, informe sobre las deudas por pauta que mantiene con el G23. Planteamos el bloqueo de los pagos a los presuntos vaciadores y que sean los trabajadores quienes controlen ese flujo de fondos, privilegiando el pago de los salarios adeudados y la continuidad de las fuentes de trabajo. Por estos reclamos, marcharemos el viernes 19 al Ministerio de Trabajo para ser atendidos por Triaca y participaremos del paro nacional del 24 y la movilización a Plaza de Mayo para exigir una audiencia con Marcos Peña. Además, ese mismo planteo será llevado bajo el formato de un proyecto de declaración a los bloques de diputados del Congreso.


 


Mientras tanto, el empresario kirchnerista y candidato a intendente por esa fuerza, Sergio Szpolski continúa con su política de desguace del G23. Por un lado, vendió parte de sus acciones del canal de noticias CN23, el diario gratuito El Argentino y la radio Vorterix al grupo Indalo (Cristóbal López).


 


Por el otro, abandonó a su suerte a los trabajadores de las revistas 7D, Cielos Argentinos, Forbes y a los zonales de El Argentino, a quienes les adeuda desde noviembre y cuyo conflicto pretende clausurar con ofertas que no llegan al 10% de las indemnizaciones legales.


 


Esta gran lucha tuvo como punto de partida una definición clave de los trabajadores: despegarse de la idea de que se trata de una disputa ideológica entre el kirchnerismo (en la figura de Szpolski) y el gobierno, el cual habría privado de su pauta al primero. La lucha ha enfrentado a trabajadores que provienen de diferentes orígenes políticos con un vaciador, que construyó una “corpo” periodística con los recursos entregados por el kirchnerismo.


 


Esas diferentes posiciones políticas serán puestas a prueba en la experiencia colectiva de la lucha. Hay un punto claro de unidad, de un lado están las patronales vaciadoras y el Estado, del otro, los trabajadores y su inmensa lucha.