Sindicales

1/12/2016

Los trabajadores del Bauen conquistan la expropiación

Aun con marcadas limitaciones, la aprobación de la ley en el Senado constituye una victoria de la lucha obrera. Esto explica los furibundos ataques del macrismo, que cajoneó el proyecto durante un año

@tomaseps


Tras más de 10 años de lucha, los trabajadores del Hotel Bauen arrancaron el 30 de noviembre la aprobación en el Senado de la Ley de expropiación del Hotel Bauen.


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La resolución llega un año después de la media sanción favorable en Diputados. En aquella ocasión, el bloque del Frente de Izquierda garantizó el quórum necesario para la aprobación de un conjunto de leyes obreras y el parlamentario Pablo López sentenció: “Quiero denunciar a la oposición macrista-massista-radical que no vaciló un segundo en dar quórum al oficialismo cuando se trató de votar leyes empresariales y privatistas, pero no actuó de la misma manera cuando se jugaban importantes leyes a favor de los trabajadores”


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En esa ocasión, el Partido Obrero caracterizó como una impostura la votación a favor por parte del kirchnerismo, en la Cámara Baja, ya que actuarían en sentido contrario en el Senado, bajo la batuta del xenófobo Miguel Pichetto. En efecto, tanto los seguidores de CFK como el macrismo, el massismo y los radicales operaron allí para el bloqueo de la expropiación del Bauen, el primer paso de un cajoneo que duró más de un año.


La letra de la ley


La conquista obrera presenta una serie de limitaciones.


A ciencia cierta, la resolución aprobada no establece una expropiación cuyos beneficiarios últimos sean los trabajadores. Lo que aprobó el Senado es una ley que declara de utilidad pública y sujetas a expropiación todas las instalaciones del edificio del Hotel Bauen (eldestape, 1/12), a cuenta de deudas impagas del grupo propietario Iurcovich (que operó en su momento una quiebra fraudulenta).


De esta manera, el hotel queda en manos del Estado, quien lo cede a la cooperativa de trabajadores para su usufructo, a quienes se imponen una serie de condicionamientos, desde la obligación de “destinar y crear espacios de promoción cultural y realizar actividades educativas, artísticas y sociales” hasta la reserva de un tercio de las instalaciones para pasajeros del Pami (aunque la entidad no asegura ocupar siempre las habitaciones).


El Estado no establece una garantía salarial para los operarios, quienes deberán asegurar -a su propio riesgo- el funcionamiento de un hotel de ese mismo Estado. Como señalamos en Prensa Obrera “los compañeros deberán afrontar los límites insuperables de la autogestión obrera bajo el capitalismo, que ya han padecido en la Argentina todas las llamadas ‘empresas recuperadas’” (31/12/15)


Pulpos sí, obreros no


Luego de la reciente votación, el macrista Federico Pinedo repitió los ataques furibundos contra los 140 operarios del hotel, barnizados de un carácter social: “No podemos votar esto porque el valor del inmueble es enorme y los beneficiarios son poquísimos” (infonews, 30/11), aseveró sin sonrojarse el diputado de Cambiemos, una fuerza que ha gobernado sistemáticamente en favor de los especuladores inmobiliarios. Para muestras están la privatización de más de 200 hectáreas de tierras públicas de la Ciudad de Buenos Aires (Tiro Federal, Parque de la Ciudad, el Autódromo, el Dorrego y un largo etcétera), la modificación del Código de Ordenamiento Urbano de Vicente López para permitir la construcción de veinte torres de lujo y el nivel casi inexistente del tributo inmobiliario rural en el proyecto de Vidal de presupuesto bonaerense.


Pinedo y el macrismo no tienen empacho en afectar el presupuesto del Estado para favorecer a los capitalistas, pero buscan atacar una victoria obrera -una migaja, en comparación con tales favores-, oponiéndola artificialmente a los intereses del conjunto de la población.


Ante todo, el antagonismo furibundo del partido de gobierno responde a que tal conquista, incluso con sus limitaciones, reivindica a los ojos de esa población la lucha de los trabajadores, cuando el macrismo y los gobernadores apuestan al ajuste