La movilización firme y sostenida de los trabajadores del Centro Gallego dio sus frutos. La permanencia en el hospital y la formación de guardias rotativas (acompañadas de cortes y asambleas) impidieron la evacuación. A esto hay que agregar las tres marchas al Ministerio de Trabajo, para reclamar la formación de una mesa de trabajo entre todas las partes involucradas. Atsa y los directivos del Centro Gallego acusaron el impacto y tuvieron que empezar a responder los pedidos. Los médicos comenzaron a cobrar -a cuenta de lo que se les adeuda- y aumentó el nivel de ocupación de camas. La situación, de todos modos, es aún extremadamente precaria.

En este cuadro han empezado a propagarse trascendidos, que estaría haciendo correr Atsa, sobre una reactivación del establecimiento. Esta supuesta “reactivación” consistiría en el ingreso de preparas u obras sociales, las que estarían interesadas en distintos servicios e instalaciones. Por ahora, eso no pasa de ser un comentario de pasillo.

Lo trabajadores del Centro Gallego no pueden seguir siendo convidados de piedra ¿Bajo qué condiciones esta supuesta “reactivación” pretende ser llevada adelante? ¿Se van a respetar los puestos de trabajo o se pretende dejar afuera a parte del personal? ¿Qué va a pasar con la deuda salarial?

¿Quién se va a hacer cargo? Y, del mismo modo, qué pasará con el nivel de los salarios, las categorías y la antigüedad. ¿Van a seguir funcionando todos los servicios del hospital o se pretende marchar a un recorte o desguace? Lo primero que los compañeros exigen – con toda razón- es que se les dé información. Atsa debe informar urgentemente qué es lo que se está negociando. Corresponde al sindicato convocar una asamblea general e informar ampliamente todo lo que sabe.

Lo que está claro es que los trabajadores, en ninguna variante, pueden terminar siendo el pato de la boda de una crisis. El primer pinato es la conservación de todos los puestos de trabajo, la continuidad laboral de todos -es decir, ningún despido. Atsa debe comprometerse ante los trabajadores a que no aceptará que un solo compañero vaya a la calle.

Una plataforma de condiciones mínimas ante cualquier re-estructuración, parcial o total, debe contener: 1) defensa de los sueldos, especialidades y categorías de todos los trabajadores; 2) defensa de la antigüedad y la remuneración correspondiente; 3) pago de todas las sumas adeudadas por todo concepto -salarios, adicionales, aportes previsionales y de obra social; 4) plena vigencia de los convenios como piso de sueldos y condiciones de trabajo.