Sindicales

29/6/2000|671

Maffei y  Yasky pierden seccionales importantes

Compilado por Pablo Heller

Triunfo en la Matanza: Alcance y significado

 

Las elecciones tuvieron lugar tras el levantamiento de la Carpa y la aceptación del incentivo y la ‘paz social’ establecida con Llach. En ese sentido los resultados electorales registran el giro político que se viene constatando en el país.

 

Las listas opositoras que han capitalizado esta disconformidad constituyen un mosaico de fuerzas muy diverso donde predominan los nucleamientos desprendidos de la Celeste. Esto vale en especial para La Matanza, donde los verdes que encabezan la lista unitaria (Violeta) han roto con la Celeste. El eje programático

 

de la Violeta es la reivindicación de la “democracia sindical” y de la “autonomía”, entendidas como “neutralidad” y “prescindencia” políticas. La plataforma no está encabezada por las grandes reivindicaciones del gremio, incluido el salario. La Violeta no apoyó a la lista provincial de la oposición, de manera que pretende circunscribir la elección a un enfrentamiento interno dentro de la CTA, con la que es políticamente solidaria.

 

A partir de estas contradicciones, la derrota histórica de la Celeste en el distrito que ha sido la cuna del marisanchismo

 

plantea una nueva contradicción entre el intento de limitarla a un simple recambio de personal, de un lado, o de formar una nueva dirección sindical, del otro. La “democracia sindical” se convierte en una consigna vacía cuando no está al servicio de la lucha reivindicativa y política (el gobierno es también la patronal e incluso vehiculiza al FMI y al Banco Mundial).

 

La seccional debe aprovechar la victoria para ponerse a la cabeza del reclamo de un básico de 700 pesos, la titularización masiva y la anulación del decreto de municipalización.

 

 

 

PERSPECTIVAS

 

El cimbronazo en las elecciones de Suteba, marcado en especial por el triunfo en La Matanza, pone aun más a la orden del día la cuestión de una nueva política, inspirada en la independencia de clase, que permíta a los trabajadores pasar a la ofensiva y derrotar a un gobierno surcado por contradicciones y crecientemente desacreditado frente a la población. La lucha por un Congreso de delegados de Suteba, para encarar una lucha en serio, pasa a ser una consigna unificadora central en el próximo período. Alrededor de esta campaña es necesario poner en pie una poderosa tendencia clasista, que retina a todo el activismo que comienza a asomar en esta nueva etapa.

 

 

 

TRIBUNA DOCENTE

 

Tribuna Docente centró la campaña electoral en el planteo de utilizar los primeros 100 días de mandato para “impulsarl a lucha por los 700 pesos de básico, las titularizaciones masivas, la defensa integral del estatuto y la elección de una comisión independiente del sindicato” y por un “inmediato Congreso de delegados de escuela”. Dicho planteamiento fue divulgado a través de decenas de miles de volantes y afiches. También denunció el pacto Bordón- Yaski para congelar los salarios (recortar otras conquistas y municipalizar).

 

Tribuna estuvo presente en 20 de las 30 seccionales en que se presentó la Azul y Blanca y reunió 300 fiscales efectivos. Allí donde predominó Tribuna en su composición, las listas seccionales registraron un importante avance: en Varela, del 20 al 28 por ciento; en Morón, del 25 al 32 por ciento; en Lanús, del 11 al 17 por ciento; en Olavarría, el 34 por ciento de los votos. En Pehuajó se puso en pie, por primera vez, una lista opositora, la que reunió el 12 por ciento de los votos. En Mar del Plata (paritario con la Azul y Blanca), se registró un ascenso. En San Martín la Rosa retrocedió, en cambio, del 13 al 10%.

 

Aunque en General Sarmiento la Rosa hizo una elección importante, retrocedió del 47 al 44 por ciento; esto, a pesar de que se integró la Granate, que en la elección pa­sada obtuvo el 6 por ciento.

 

 

 

LA ELECCION PROVINCIAL

 

Por orden del Ministerio de Trabajo se ha suspendido el escrutinio, con lo cual no hay que descartar una maniobra destinada a inflar los resultados celestes. Eso no fue un obstáculo para que la conducción de Suteba se apresurara a anunciar que se obtuvo el 64 por ciento contra el 29 por ciento de la Azul y Blanca, Rosa, Verde. Si nos atenemos a esos guarismos, la oposición habría superado apenas ligeramente la sumatoria de su votación en la elección anterior.

 

De todos modos, la lista no se catapultó como alternativa. No expresó una real homogenización y está recorrida por perspectivas divergentes y hasta por un agudo faccionalismo. La lista “unitaria” batió todos los récords de “desunión”: no hubo declaraciones o afiches ni iniciativas comunes, ni siquiera comunicados de prensa.

 

Semejante política tiene su explicación en la orientación de la agrupación Ana Soza (del Ptp), en favor del frente nacional que impulsa Moyano con la Iglesia y la UIA. Dentro de este bloque milita, hasta cierto punto, la CTA e incluso… la propia Celeste. De la crítica y delimitación con la dirección centroizquierdista de Suteba —que fue la base constitutiva de la lista provincial-, el Ptp pasó al maridaje con ésta. Esta política explica que aun con su crisis y fractura el aparato celeste haya avanzado en los distritos que dirige la Azul y Blanca, y en algunos de ellos, casi arrebatarle el sindicato (Berazategui, San Martín y Ensenada). En este último, la lista unitaria Azul y Blanca, Rosa, Verde se impuso por dos votos (en caso de no haberse concretado el frente, la seccional hubiese caído en manos de la burocracia).

 

La ‘izquierda que se une’, por su lado, no apoyó a la lista provincial. El desfasaje entre la votación opositora en la Matanza y la alcanzada en la provincia obedece a la nula acción desplegada en favor de la Azul y Blanca, Rosa, Verde por parte de la izquierda.