Sindicales

6/8/1998|595

Marcha Federal y paro: saquemos a Ctera del pantano

Para el próximo 12-14 de agosto, Ctera ha convocado a una Marcha Federal y a un paro general. Los docentes y todo el pueblo necesitaban urgentemente una medida de lucha ante la declarada intención oficial de congelar los salarios hasta mas allá del 2000 y de seguir presidiendo el hundimiento de la educación pública. Nuevamente, sin embargo, todos sabemos que una acción aislada no alcanzará para derrotar al menemismo, ni tampoco para inquietarlo. De lo que se trata, entonces, es cómo superamos esta limitación y asestamos un golpe, si no definitivo lo suficientemente contudente, capaz de revertir más de una década de ‘democrática’ liquidación de la educación.


No podríamos honestamente decir que la política de acciones homeopáticas de la dirección de Ctera obedezca a su creencia de que el gobierno puede cambiar. Como cualquier otro ciudadano, esta dirección ha leído los compromisos del gobierno con el Banco Mundial y los que tambien ha firmado con el FMI. Sabe que el fondo de financiamiento que ella apoyó en la comisión de educación del Congreso, no cubre las necesidades siquiera de un mezquino aumento salarial. Sabe tambien que mientras se plantea que las provincias deberán cubrir el faltante del fondo de sus propias arcas, el gobierno les está queriendo sacar los ingresos que les corresponderían por la generalización prevista del IVA. La dirección de Ctera sabe tambien que la patronal automotriz mal se avendría a recaudar el impuesto a los autos, cuando está amenazando con paralizar la industria si no se le subsidia la importación de autopartes y chapas, y no se la libera de los impuestos actuales. En síntesis, la dirección de Ctera sabe que su política no lleva a ningún otro lugar más que a la finalización del año lectivo, algo que ha venido repitiendo durante diez años.


La dirección de Ctera se sirve de los docentes como un elemento de presión, porque no quiere que se transformen en un elemento de decisión. Y se transformarían en ese elemento de decisión si se sustituyeran las medidas aisladas e inocuas por un plan de conjunto que prepare la huelga indefinida. La dirección de Ctera ha dicho mil veces que pretende ganar la voluntad del Congreso nacional, sin importarle que esto sea más dificil que conseguir la salvación del alma. Ilusionada ella misma, quizás, o para engañar a los demás, hace circular la especie de que, presión mediante, las cosas podrían cambiar con la renovación parlamentaria e incluso presidencial del 99. Es decir que juega para la Alianza y no para los docentes; por eso la afectó tanto el apoyo de la Meijide a la reforma laboral docente y el intento de De la Rúa de imponer esa reforma en la ciudad que le toca regentear. Pero aún despues de esa renovación, que será parcial, el menemismo tendrá todavía un control sobre las leyes.


Es, huelga decirlo, una política de dilaciones, que los docentes pagan de su bolsillo y con su sacrificio. Para revertir esta situación, la Marcha Federal no debe convertirse en un barajar y dar de nuevo hasta la próxima propuesta o negociación oficial.


Con relación al programa de las reivindicaciones es necesario invertir los términos; tenemos que reclamar los 700 pesos de salario básico y que el gobierno se encargue de conseguir los fondos. Ningún sindicato puede convertirse en verdugo de su pueblo pidiendo que se aumenten los impuestos al consumo; o asumir la respondabilidad por la recaudación que haga el Estado; o tomar a su cargo la supervisión de su administración por parte de los gobiernos de provincia; o admitir un carácter co-legislador y co-administrador sin conquistar el poder político para legislar y administrar. Si Ctera quisiera realmente jugar un rol de fiscal y no de cómplice, debería plantear el control de los bancos y de las empresas, además de las finanzas públicas, para que la plata se gaste como corresponde.


Con relación a la Marcha Federal es necesario convertirla en punto de partida de un plan de lucha que culmine a breve plazo en la huelga general. Para lograr esto es necesario producir una gran movilización escuela por escuela y distrito por distrito, por cuanto cuando más fuerte sea la Marcha y el paro mayor será la convicción de que es necesario ir más lejos. Es en el marco de una movilización por la masividad de la huelga y de la Marcha, que es posible lanzar una campaña de pronunciamientos en favor de un plan de lucha, de un programa reivindicativo directo y de la huelga general. Habrá que exigir a Ctera que convoque a un congreso de delegados por escuela, porque no solamente es lo más democrático que puede haber, sino que sirve igualmente como poderoso instrumento de movilización.


La Marcha Federal y la huelga deben ser nacionales, es decir, que tenemos que llamar a que la cumplan los docentes cuyos sindicatos no se encuentran en Ctera. La autonomía es un derecho a la hora de deliberar y de actuar conforme a la voluntad de los afiliados, no la autorización para actuar de rompehuelgas. La política de la dirección de Ctera ha sido, por el contrario, avasallar esas autonomías en nombre del verticalismo organizativo y reconocerlas cuando se trata de quitarle a la lucha un alcance nacional.


La lucha docente no es una más, esto debido a que las circunstancias del país han concentrado en ella los ejes del vasto enfrentamiento que opone a los explotadores al pueblo trabajador.