Sindicales
19/11/1998|608
Marcha fúnebre para el proyecto Decibe-Ctera
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La adhesión al paro nacional de Ctera fue sensiblemente menor que en otras oportunidades en la mayor parte del país. Este fenómeno se viene repitiendo en las últimas convocatorias del gremio, lo cual señala el punto al que ha llegado el desgaste de la política promovida por Maffei y sus huestes. La caravana de Ctera, como bien lo describió la prensa, dio lástima y se pareció más a una marcha fúnebre que a una movilización de trabajadores.
Es que se han evaporado las escasísimas esperanzas en el financiamiento docente. La conducción de Ctera, que había aceptado entregar el Estatuto del Docente, ya estaba dispuesta a un nuevo ‘sacrificio’ resignando la ‘garantía’ del Estado nacional. Pero ni eso fue suficiente. “El fondo de financiamiento docente recibió ayer lo que se parece a un certificado de defunción, al menos para quienes esperaban contar con un instrumento antes de fin de año para aumentarles un promedio de 100 pesos mensuales a los maestros” (.BAE, 13/11). Decibe reconoció, incluso, que “el proyecto de financiamiento docente podría no salir este año” y sacó de la manga la convocatoria de una reunión “de todos los gobernadores, incluido el de la Comuna porteña” con el propósito de “analizar todas las propuestas de recaudación y consensuar un proyecto único”. Para Roque Fernández “lo mejor sería que el fondo para aumentarles a los maestros duerma en un cajón del Congreso hasta marzo de 1999” (ídem). Por lo pronto, lo que sí prevé el presupuesto de este año es una reducción de 100 millones en las partidas educativas.
Este ‘cierre’ del año es un final anunciado y no hace más que indicar el agotamiento y bancarrota de una política de seguidismo y sometimiento a los partidos patronales. Roque Fernández acaba de autorizar al Central a girar al Citi, en compensación por la absorción del Banco Mayo, una suma similar al financiamiento que Ctera infructuosamente viene reclamando los últimos dos años. Esto pone de manifiesto que son los intereses de clase los que ‘fuerzan’ una u otra salida. Por lo tanto, sólo una movilización a fondo, consecuente, de la clase obrera puede doblegar al gobierno. Lo que corresponde es emplazar al gobierno y marchar hacia la huelga general educativa. En lugar de la unidad con los políticos patronales, hay que forjar la unidad de docentes, estudiantes y la población trabajadora para acabar con la reforma educativa, defender el estatuto e imponer el aumento salarial.