La patronal de Felfort redobló la fuerte ofensiva que lanzó sobre los trabajadores. Con ochenta despidos esta semana ya suman más de cien en los últimos dos meses. Entre los compañeros despedidos se encuentran trabajadores efectivos, incluyendo un compañero con 12 años de antigüedad y una compañera embarazada, y una mayoría de trabajadores contratados que la empresa mantenía precarizados a pesar de cumplir las mismas tareas que sus compañeros de planta, y de haber superado los plazos para su efectivización.

 

Los despidos son parte de una avanzada de la patronal para sostener su régimen negrero de trabajo. La situación es insostenible, como lo demuestran las pésimas condiciones de seguridad y los salarios miserables. Pero el objetivo de la empresa es ir por más, reduciendo a un solo turno el trabajo en la fábrica, aumentando los ritmos de producción y la capacidad de stock. Para eso está decidida a ir con todo. En agosto violó la conciliación obligatoria que reincorporaba a los despedidos y avanzó con esta nueva tanda de ochenta despidos. Todo indica que, si logran imponer los despidos, avanzarán aún más sobre el resto de los compañeros. ¡Hay que pararles la chata!

 

Desde el Partido Obrero y el Frente de Izquierda llevamos el conflicto al Congreso, donde organizamos una audiencia pública con Nestor Pitrola y a la Legislatura donde, además, la bancada del legislador Marcelo Ramal presentó un proyecto para rechazar los despidos. 

 

Los trabajadores y la comisión interna vienen realizando acciones, como el corte de Av. Díaz Vélez el martes 4, votado en una asamblea de todos los trabajadores. La brutalidad de la ofensiva patronal exige una respuesta acorde que parta de la organización de la fábrica tal como ocurrió con los paros contra la persecución gremial y por el pase a planta. Es fundamental organizar las asambleas y avanzar hacia la paralización y ocupación de la planta.