Una masiva asamblea en la redacción central de AGEA-Clarín paralizó los diarios del grupo durante casi dos horas. La asamblea repudió el incumplimiento empresaral del pago de porcentajes paritarios y sumas fijas, violentando el acuerdo que había firmado con los trabajadores, luego de la paritaria de miseria firmada por la burocracia de la UTPBA.

Este incumplimiento es parte de la política de ajuste que está llevando adelante Magnetto, con retiros voluntarios, recortes masivos de colaboradores, despidos y redacciones cada vez más vacías.

En forma unánime, la asamblea exigió que se concrete el pago de dos sumas fijas de 500 pesos en agosto y octubre (retroactivo), y que se adelante el segundo tramo de aumento del 9% a agosto, entre otros puntos. También se reclamó que se cumpla con la promesa de trasladar sin dilación todos estos incrementos a los trabajadores que revistan como colaboradores permanentes o factureros presenciales, y que se acelere la efectivización de colaboradores. También se votó dar una semana de plazo a la patronal para responder y reunirse nuevamente en asamblea.

No es casual el resurgir sindical en Clarín, que fue un factor muy importante y un correlato del renacer histórico del gremio de prensa en los últimos años. Hay que recordar que este año hubo en AGEA-Clarín una batalla sustancial de los trabajadores, contra el proceso de convergencia, el cual bajo el discurso del avance tecnológico viene a imponer un modelo de precarización y degradación del oficio periodístico.

Al mismo tiempo, patronales como la de Fontevecchia cierran revistas, despiden trabajadores e intentan arrasar con la vida gremial en Perfil (que denunció penalmente a los delegados). Los Olmos (Crónica y BAE) apelan a la violencia física para enquistar su modelo y liquidar la organización de los compañeros.

Estamos ante un cuadro general de ajuste de las empresas periodísticas, donde buscan también descabezar la organización sindical de base.

En Clarín, la presión ejercida desde las asambleas dio como resultado importantes conquistas. Esta lucha debe ser un impulso para frenar los ajustes, elevar la conciencia de los compañeros y dar vida, por fin, a un verdadero sindicato de prensa independiente del gobierno y las patronales.

Corresponsal de La Naranja de Prensa