PLENARIO NACIONAL DE LA COORDINADORA SINDICAL CLASISTA

Massa, otra excusa para la entrega de la CGT

El 17 vamos a la Plaza por paro nacional y plan de lucha

El "superministro", junto a los dirigentes de la central obrera

La asunción de Massa como “superministro” de Economía ha sido saludada por la CGT en todas sus alas. Qué se podía esperar de Daer, que fue diputado por el Frente Renovador de Massa, o del eterno Barrionuevo y su delegado Acuña en el triunvirato cegetista. Pero el díscolo Pablo Moyano ha sido uno de los más generosos en el recibimiento con conceptos sorprendentes: “…genera una nueva esperanza …es más dialoguista y va a tratar con todos, inclusive con el campo …un cambio en el momento justo” (El Cronista, 1/8).

Como se aprecia, quedó atrás aquello de los “formadores de precios”, elegidos como enemigos para salvar a la presunta víctima que sería el gobierno de Alberto Fernández, Cristina y Massa. Ahora celebran que el ministro tiene diálogo “con el campo”, al que vienen de concederle el dólar soja, ante la completa indiferencia del capital agrario que no liquidó tampoco un grano porque pretende que vayan más lejos en la devaluación con sus consecuencias demoledoras en salarios, jubilaciones e ingresos de todos los trabajadores. No hay mayor formador de precios que “el campo” que preocupa a Pablo Moyano, porque es el origen de la cadena alimentaria.

Los autores de esta bienvenida simulan olvidar que Massa es Lavagna, es Randazzo, es la “avenida del medio” que hizo uno de sus ejes de la modernización laboral, el eufemismo con el que se denomina a la reforma laboral para arrasar con lo (poco) que queda de las conquistas obreras. La diferencia con los nombrados es que Massa fue más lejos en su oportunismo y se incorporó al FdT, del que ahora se presenta como salvador con superpoderes para explotar sus vínculos con la embajada norteamericana, con el capital financiero, con el FMI y con la burguesía en general. Pero, justamente, la agenda de ofensiva contra los trabajadores es piloteada por esos sectores.

No obstante, en pocas horas, al momento de escribir estas líneas todo se ha transformado en incertidumbre entre la propia burocracia sindical. Dos hechos sugestivos han ocurrido incluso antes de que jure Massa. La cúpula de la CGT (sin Pablo Moyano) se reunió con Manzur el martes 2 de agosto y salieron mascando bronca porque no les adelantaron ningún anuncio. Más tarde fracasó una reunión de la “mesa chica” cegetista por faltazos masivos, de tal suerte que la definición sobre la movilización del 17 de agosto pasó para el viernes 5 de agosto.

La burocracia está dividida. Los más cristinistas de la CTA-Yasky, que también irían el 17 de agosto, promueven tal vez con la anuencia de Cristina -y no se sabe de Massa- una suma fija de emergencia para salarios y jubilaciones ante la escalada inflacionaria. Pero el tema es si las paritarias no serían la víctima como contrapartida de ese bono con el que empezaría un posible plan de estabilización en precios y salarios, lo mismo que la movilidad jubilatoria, otro blanco del equilibrio fiscal que promueve el FMI. Claro, que en este último caso se trata de una ley y atacarla mediante un decreto puede ser directamente explosivo. Los gordos e independientes han rechazado la idea de la suma fija, o en todo caso que sea a cuenta de paritarias, pero eso requeriría un acuerdo de caballeros con el ministro de la “esperanza” en torno a paritarias moderadas o, para decirlo en criollo, con topes. De lo que nadie duda es de los tarifazos recargados que prepara Massa.

En torno de estos debates hay otros de interés de la burocracia, que está atrás de una reunión directa con Massa. Nunca se concretó la asunción por parte del Estado de los costosos gastos de las obras sociales en materia de discapacidad. Y, como siempre, está en debate qué pasará con la distribución de la tajada que recauda el Estado de los fondos de las obras sociales cuando viene la sintonía fina del ajuste fiscal del segundo semestre.

En este cuadro, igual no hay nada para el lado de los trabajadores. Un sector quiere levantar directamente la movilización del 17, ofreciendo la tregua de paz social que requiere Massa para ejecutar el ajuste, que no le creyeron a Batakis. Otro sector quiere hacerla en apoyo al gobierno, pero como una manera de marcar presencia en las disputas que vienen.

Si miramos bien, hoy, miércoles 3 agosto, Massa no asumió y el recibimiento favorable de los “mercados” mutó a una suba del paralelo y, por otro lado, la burocracia sindical duda cómo seguir su integración al gobierno. Indudablemente, el hundimiento del intento de arbitraje de todo el Frente de Todos tras la bancarrota macrista tiene razones muy profundas en la crisis del capitalismo argentino con el viento de la crisis mundial de frente, que no se arreglan por el arte de magia de la asunción de un demagogo.

La cuestión estratégica para el movimiento obrero de la ruptura de las centrales con el gobierno y la convocatoria a un paro nacional y un plan de lucha toman más vigencia que nunca. El fracaso del plan del FMI disparará nuevos ataques a los trabajadores y al sistema previsional, y se trata de una prueba de fuerza que se puede llevar puesto a Massa y a lo que queda del gobierno.

De la mano del protagonismo y el poder de fuego movilizador del movimiento piquetero independiente, el clasismo sindical reunido en el Plenario Sindical Combativo tiene que mostrar un camino el 17. Con o sin marcha al Congreso de la CGT, tenemos que movilizarnos a la Plaza de Mayo, el centro del poder político, con las banderas del paro nacional, el plan de lucha por las reivindicaciones de la clase obrera y por una salida de los trabajadores a la crisis. Para ello, impulsar asambleas, plenarios de ocupados y desocupados en la línea de lo votado por Aten Neuquén para arrancar el paro desde abajo. La gran lucha del Sutna, el mendozazo de docentes y estatales que movilizaron 25 mil personas, las huelgas docentes de La Rioja y otras provincias, junto al plan de lucha de la Unidad Piquetera son puntos de apoyo en esta orientación para llevar las luchas a la victoria. Gran tarea para nuestro V Plenario Nacional de la CSC-PO.