Sindicales

29/4/2010|1126

Massuh: hay una salida contra el desguace de Moreno

A la par de los anuncios oficiales que ponen fin a la gestión del Estado, la fábrica ha ido languideciendo hasta quedar virtualmente parada. Este parate industrial ilustra el sabotaje económico al que la fábrica está siendo sometida por parte del propio Estado. Constituye también una acción premeditada para ablandar y socavar la moral de los compañeros.

Se ha empezado a decir en esta semana que Editorial Estrada, asociada a capitales canadienses, podría hacerse cargo de la empresa. El desembarco iría unido al cierre de secciones y despidos masivos. La reprivatización siempre estuvo presente en los cálculos oficiales, ya sea devolviéndole la planta a sus antiguos dueños o favoreciendo el ingreso de otros inversores privados, a los cuales se tienta con el otorgamiento de jugosos subsidios.

La otra alternativa que plantea, Moreno y cía. es que los trabajadores se organicen en una cooperativa. En estos términos, el Estado se desembaraza de toda responsabilidad y les endosa el fardo a los compañeros. La papelera misionera Puerto Piray está pasando por esa experiencia, y la cooperativa que está al frente desde fines de 2009 debutó con la pérdida de los derechos indemnizatorios y una rebaja del 50 por ciento de los salarios.

Ambas variantes suponen un enorme recorte de personal. “Moreno habría manifestado que la industria necesitaría 200 trabajadores menos para poder funcionar con normalidad” (Perspectiva Sur, 22/4). Por lo pronto, el funcionario K viene haciendo una acción sistemática en la fábrica, llamando a adherirse a retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. Esto va unido a los trascendidos de que el salario se reduciría a la suma de 1.500 pesos, sin distinción de cargos ni antigüedad.

El argumento oficial es que la fábrica no seria viable económicamente, que habría que “abandonar la fabricación de pasta base de papel” (ídem) para comprarle a… Botnia. No hacía falta esperar el fallo de La Haya para darse cuenta que la postura del gobierno nac & pop en contra de la pastera finlandesa no es más que una impostura. Esta trama de intereses es a que está detrás del desmantelamiento de la ex Massuh, cuando los estudios ya hechos indican que con 24 miilones de pesos (es decir, 6 millones de dólares) se podrían hacer las inversiones necesarias de modo de modernizar la fábrica y hacer las obras de tratamiento de efluentes y desechos, lo que convertiría a la planta en sustentable ambiental y económicamente. Esta suma es irrisoria si se la compara con cualquiera de los subsidios que el gobierno otorga por cualquier concepto.

Por eso planteamos que se expropie la planta y que el Estado ponga la plata y se hagan las inversiones que se necesitan para poner en marcha un plan integral de reactivación, bajo supervisión de los trabajadores.

Necesitamos salir al cruce de la pérfida campaña oficial y volver instalar el conflicto en la opinión publica, de la misma forma que lo hicimos en 2009 hasta que arrancamos la reapertura de la fábrica. Un primer paso en esta dirección podría consistir en organizar un gran acto en defensa de Massuh y de sus trabajadores, llamando a todas las organizaciones obreras, estudiantiles, populares y partidos políticos.