El 13 de diciembre pasado dimos un gran paso para lanzar una lista antiburocrática para las próximas elecciones en la Asociación de Médicos Municipales.

El N° 4 de “Tribuna de Salud” (Enero 2001) plantea en su editorial formar listas opositoras en cada filial y una lista opositora para la elección general.

El primer objetivo fue resuelto. La lista general “alternativa” fue oficializada a pesar de los obstáculos que impuso la junta electoral y del breve plazo de 15 días que dispusimos. La oficialización de la lista “alternativa” constituye un hecho sin precedentes en la historia de la AMM. Además de la lista general de 130 compañeros, ya están estructuradas listas opositoras filiales en más de cinco hospitales, y seguimos recibiendo adhesiones.

En el pasado, todo intento de oposición era cooptado por la conducción de la AMM. Tampoco esta vez, ella y su junta electoral han abandonado ese propósito. Recurriendo a todas las artimañas que el estatuto y el Estado les brinda, nuevamente ofrecieron cargos en el comité ejecutivo. Por otro lado, las denuncias contra los candidatos opositores y los aprietes están a la orden del día, lo que demuestra el grado de descomposición de esta conducción.

La AMM está integrada al régimen social y al gobierno. Es una usina generadora de funcionarios públicos en el área de Salud. De su riñón provienen el actual ministro de Salud de la Nación, Dr. Héctor Lombardo; el secretario de Salud de la Ciudad, Dr. Marcos Buchbinder; algunos directores de hospitales y un sinnúmero de funcionarios menores. Existe un claro compromiso político.

Esta conducción (los Visillac, los Gilardi y Cía.) se han perpetuado en los sillones. El comité ejecutivo de la AMM no se renueva hace aproximadamente 15 años. Naturalmente, ha abandonado toda política genuina de lucha y movilización por la defensa de la salud de la población, el hospital público, la obra social, la carrera y el salario de los profesionales; es decir que ha avalado con su accionar todo el proceso de privatización general de la salud, que han impuesto el FMI y el Banco Mundial y que el gobierno de turno, antes Menem y hoy la Alianza, ejecutan.

La lista “alternativa” reúne en su seno a lo mejor del activismo antiburocrático, plantea un programa de lucha y de independencia política y expresa el compromiso de la agrupación Tribuna de Salud de dar la batalla programática por la recuperación de la AMM para los profesionales de la salud, por la defensa del hospital público y gratuito, contra toda forma de privatización de la atención hospitalaria (cooperadoras, fundaciones, etc.), en oposición a la desregulación y privatización de las obras sociales y a la flexibilización laboral, por la derogación de las leyes 471 (de Empleo Público) y 472 (Ley Osba), por la elaboración de la carrera profesional y de una escala salarial con un básico para la categoría inicial de 800 pesos. Recuperar la AMM para los profesionales de la salud implica la vigencia plena de la asamblea hospitalaria como órgano supremo de decisión colectiva.