Sindicales

1/9/2020

Mendoza: enfermeros y maestros sin cobertura médica ante el Covid-19

La obra social de los estatales completamente vaciada.

El lunes por la mañana la dirección de la obra social de los trabajadores del Estado (Osep), de la provincia de Mendoza, convocó a decenas de afiliados a las puertas de su sede céntrica. Desde muy temprano, en la calle y sin atención alguna, una gran cantidad de afiliados, algunos con casos de neumonía, fiebre y tos, se agolparon durante horas en la fría mañana mendocina. Varias horas después que le comunicaron que todo había sido un error informático.

Los afiliados fueron convocados para hacerse análisis de sangre, algo que no ocurrió, ni tampoco ninguna explicación. La situación derivó en un amontonamiento en la puerta de la obra social, violando todas las normas de distanciamiento social. Un papelón que rápidamente ganó la portada de los principales medios locales.

Este descontrol de la Osep pretende ser atribuido a sus empleados, pero la realidad es que es la expresión más cruda de una obra social completamente vaciada y, lo que es aún peor, de la inoperancia del gobierno provincial por centralizar los recursos para hacer frente a la pandemia.

La Osep se ha transformado en una caja auxiliar del Ministerio de Salud. Esto fue impuesto de manera formal por el gobierno de Paco Pérez y mantenido por los gobiernos radicales posteriores. Es decir que el aporte de los trabajadores, descontado compulsivamente todos los meses, es administrado directamente por el gobierno provincial, lo cual constituye una expropiación del aporte de los estatales y una forma de recortar los recursos para la atención de la salud pública. También se la ha usado como cortina de humo para evadir los costos de los seguros de los trabajadores, como es el caso de municipio de Guaymallén cuando la utilizó como ART de la comuna. Hasta incluso llegar a ser utilizada para testear a sectores de la población que exceden a sus afiliados.

El vaciamiento de la obra social va al ritmo de la quiebra provincial y las necesidades de hacer frente a enormes gastos que demanda la atención de la pandemia. Esto explica los nuevos ítems de descuento y los aumentos para una prestación notablemente inferior, que también responde a los bajos salarios producto de paritarias a la baja.

Esta situación también deja expuesto el desbarranque de la política de Rodolfo Suárez para hacer frente a la pandemia. Se niega a centralizar todo el sistema de salud de la provincia, para no afectar el negocio de la salud privada, pero al mismo tiempo ni siquiera es capaz de centralizar y coordinar los recursos públicos y de los trabajadores del Estado.

La emergencia sanitaria y la protección de la vida de los trabajadores estatales plantean la necesidad de dirigir partidas presupuestarias a la obra social para cubrir su demanda tanto de atención, como profesional y de materiales. Pero plantea la urgente necesidad de retomar la campaña por la democratización de la Osep, que en 2015 logró media sanción en la Legislatura provincial, la cual planteaba que sean sus afiliados quienes elijan mediante el voto directo a sus vocales en el directorio, con sueldo igual a los trabajadores y con mandato revocable, y que la representación de trabajadores y jubilados sea mayoritaria en el directorio.