900 trabajadores de la empresa Iveco (del grupo Fiat) fueron suspendidos el pasado martes. La razón: acumulación de stock.

La decisión de Iveco volvió a colocar la situación de las automotrices en el tapete, cuando los "pronosticadores" auguraban un segundo semestre mejor gracias a la aplicación de incentivos fiscales por parte del gobierno brasileño. Lo cierto es que hasta hace apenas un mes las dos grandes automotrices de la provincia (Fiat y Renault) mantuvieron un esquema de suspensiones, fundamentalmente por la caída del mercado de Brasil.

Pero las suspensiones de Iveco agregan un componente a la crisis que todos habían soslayado: "En la planta de Córdoba, la fábrica italiana de camiones produce diariamente unas 25 unidades diarias, las que se destinan principalmente al mercado interno" (Clarín, 22/8). La caída de la venta de camiones en el país es el reflejo de una retracción de la economía. Las patronales de las multinacionales, de la cámara de autopartistas y el gobierno de Córdoba conformaron una comisión para ´seguir la crisis´. La pretensión fundamental es hacer lobby por la devaluación y para lograr nuevos beneficios a través de exenciones impositivas y subsidios.

La burocracia del Smata participa de esta estrategia patronal mientras los trabajadores soportan recortes salariales por las suspensiones, sigue la no renovación de contratos, el impuesto a las ganancias golpea los salarios y no se reabre la paritaria.

Para resolver un programa de intervención y un plan de lucha por las reivindicaciones obreras, exigimos la convocatoria a la asamblea general del gremio.