El secretariado general de la UOM cerró a espaldas de los metalúrgicos un aumento del 27,8 en dos cuotas en abril y julio. Junto con la Uocra, el salario metalúrgico ha quedado relegado al más bajo de toda la industria. El sueldo para la escala inicial queda en abril en 7.520 pesos, la mitad del inicial logrado por los aceiteros.

La diferencia entre uno y otro tiene que tiene que ver con la enorme capitulación política de la dirección de Caló, que después de dos meses de cabildeo terminó aceptando el techo salarial impuesto por el gobierno, sin lucha y dejando de lado el paro de 36 horas que había aprobado el Congreso Nacional de la UOM por un 32% de aumento. Los aceiteros, por el contrario, con una huelga general que duró 25 días, debatida y organizada en asambleas generales y piquetes en las grandes terminales aceiteras, terminaron obteniendo el 36% de aumento.

El paro nacional del 9 tuvo repercusión en grandes fábricas como Acindar, Siderar y hasta la propia Siderca. Que muchos gremios estén discutiendo por encima del 30% ha provocado un inmenso malestar en toda la UOM.

Estado de asamblea

Aluar ha salido a luchar por un aumento superior al pactado por la dirección de la UOM, reclamando un conformado muy superior al actual. En Córdoba, frente a la crisis del arreglo paritario, se niegan a plantear la reapertura de las paritarias y se inclinan a reclamar a las cámaras provinciales un aumento. En la seccional Matanza reclaman la reapertura de la paritaria.

La voluntad del conjunto de los metalúrgicos es luchar parar para recomponer un salario que la propia dirección no defiende desde hace diez años y que fue siendo superado por la inmensa mayoría de los gremios del país.

Organicemos asambleas en cada fábrica, plenarios de delegados seccionales y un nuevo congreso nacional de la UOM para reabrir la paritaria y reclamar un doble aguinaldo que restituya en parte el salario perdido.