Sindicales

16/4/2020

Morvillo: defendamos la organización gremial para enfrentar el ajuste

Hace dos meses la patronal anunció el cierre del turno noche. Lo presentó como alternativa frente a un supuesto plan original de 62 despidos. Los trabajadores en asamblea general rechazamos el planteo. Abrimos un canal de negociación y días antes de decretarse el “aislamiento social preventivo y obligatorio” llegamos a un acuerdo: se mantenía el tercer turno de manera reducida, de forma de evitar las duplicaciones de puestos. Este acuerdo, precario, implicó un límite a la ofensiva patronal.


El volumen productivo de la planta apenas roza el 50% de los niveles históricos. La crisis capitalista pega de lleno en la industria gráfica. A esto ahora se suma la pandemia. El escenario es muy delicado.



Ataque a la organización gremial


La patronal, para poder avanzar sobre las conquistas de los trabajadores, necesita desarticular la organización fabril, las asambleas, sus mandatos y la unidad en la acción de los trabajadores.


En medio de la cuarentena largó un ataque brutal, haciendo blanco en la Comisión Interna, presionando para reabrir la planta – aún reconociendo que la actividad no tiene nada de esencial – agitando el fantasma del cierre.


Frente a este escenario la Interna se dio un mecanismo de debate y consulta al conjunto de los compañeros vía whatsapp que, con sus límites, tuvo la virtud de recoger una voluntad mayoritaria de la fábrica y abrir una negociación.


Mediante duros debates  -la empresa pateó varias veces el tablero – se acordaron ciertas pautas: los trabajos, al no ser esenciales, no implican obligatoriedad de asistencia, las dotaciones son las mínimas necesarias para la producción respetando las licencia obligatorias. La Comisión Interna mantendrá presencia diaria y en los turnos para controlar las condiciones de seguridad e higiene.


Luego de esto, la patronal abonó el 50% del salario. Anunció que en el transcurso de esta semana estaría disponible otro 15% pero el resto aún es incierto.



La Verde en tándem con las patronales


El cuadro se repite con matices en todo el gremio. Los casos más críticos son el cierre de Ipesa y las cooperativas. Con respecto a estas últimas la Verde no lanzó ninguna campaña ni reclamo al Estado para garantizar un ingreso mientras dure la crisis sanitaria. La situación los empuja a mantener la fábrica funcionando. De esto se valen las patronales (Morvillo entre ellas) para alentar una guerra entre trabajadores privados y cooperativistas y justificar la continuidad de la producción.


Recientemente la directiva sindical y la cámara empresaria emitieron un comunicado en conjunto jactándose de “la responsabilidad social compartida por ambas instituciones en defensa de la salud y la vida de todos y todas”. Un encubrimiento a las patronales que, aprovechando los grises del DNU, imprimen desde envoltorios de caramelos y golosinas hasta paquetes de cigarrillos, revistas y folletería, pagan los salarios parcialmente, despiden, suspenden y cierran desconociendo abiertamente cada uno de los DNU gubernamentales.


La salud va de la mano del salario y los puestos de trabajo


Las patronales gráficas actúan en línea con el conjunto de la burguesía industrial. La presión para levantar la cuarentena es brutal, así también para obtener beneficios del Estado. Las patronales hacen de los DNU un papel mojado mientras la burocracia sindical ya está pactando suspensiones y recortes salariales.


Morvillo sigue al pie de la letra el libreto. No descartamos que intente avanzar con suspensiones, despidos e incluso el cierre de la planta. Los trabajadores nos tenemos que preparar para esta etapa tan compleja defendiendo, en primer lugar e incondicionalmente, la organización gremial de fábrica, el método de las asambleas deliberativas y resolutivas y la unidad de acción. Los años de lucha han templado una dirección, un activismo y un colectivo obrero que hoy tiene un enorme desafío. Unidad de los trabajadores


Fuerza compañeros.