Frente a la Obra Social, el jueves 8 de octubre se concentraron los jubilados telefónicos exigiendo la no aplicación de la resolución del Congreso de la Federación, que les asigna una atención ‘diferencial’ por un período de prueba. Si en ese lapso los ‘ahorros’ no son suficientes, los afectados son derivados al PAMI.

Impulsada por la dirección del Sindicato Buenos Aires, la movilización entregó una propuesta alternativa a los responsables de la obra social telefónica para que ésta siga atendiendo a los jubilados.

Origen del conflicto

En el congreso realizado en setiembre en San Luis, los delegados congresales por la mayoría del Sindicato Buenos Aires se enteraron de la existencia de un déficit mensual de 250.000 pesos en la obra social. Acto seguido se hace la propuesta alternativa. Inútiles fueron los esfuerzos para frenar la votación pidiendo cuarto intermedio. El nuevo régimen es aprobado por todas las delegaciones del interior y la minoría de Buenos Aires (de la lista Marrón).

Al día siguiente, Héctor Esquivel, primer congresal por Buenos Aires, por decisión del bloque, renuncia a la Mesa del Congreso en muestra de repudio a la resolución adoptada.

La dirigencia menemista de la federación acompañó la política gubernamental de reducción de los aportes patronales, de liquidación de la solidaridad en las obras sociales y su reemplazo por la ‘competencia’, aceptó sin chistar una cápita exigua del PAMI, fue cómplice del desmantelamiento de la Obra Social reemplazada por un contrato llave en mano con AMSA. Frente al desbalance que provocó, pretende cortarlo echando al sector más desguarnecido y, por supuesto, sin un atisbo de autocrítica.

Terminar con la política que produce el déficit es el único camino para no echar a los jubilados al PAMI.