Sindicales

19/5/2011|1177

Moyano y el gobierno unidos contra los reclamos

Paritarias: ganemos la pelea

Que Moyano está apretado por las causas penales no es novedad. Que de distinta manera salió en defensa de Zanola, Venegas y Pedraza, tampoco. Pero esto no impide que sigan con el gobierno unidos en defensa del convenio salarial “modelo” que ambos firmaron en la Casa Rosada por un 12% en julio, 6% en noviembre y 6% en marzo. Una prueba de ello es el acatamiento de la burocracia de la Federación de Petroleros, que se bajó en un abrir y cerrar de ojos del reclamo de un aumento del 36% y firmó sin consulta por un 24% en cuotas, o sea menos del 20% promedio anual. Pero este acuerdo se encuentra tan lejos de las aspiraciones de los obreros que se desató una huelga entre los propios camioneros de combustibles por un adicional.

La ristra de huelgas que ataca la Presidenta -petroleros de Chubut y Santa Cruz, petroleros encuadrados en Uocra de Chubut, docentes santacruceños, estatales de Neuquén, judiciales bonaerenses, reparticiones estatales de todo orden- son la expresión de que el pacto CFK-Moyano es rechazado por las bases. En la UOM, los trabajadores reclaman 3.500-4.000 de básico, que significa un 46-55% de aumento, debido al bajísimo punto de partida, inferior a los 2.400 pesos. No es el reclamo que defiende Caló, que ha ordenado a la juventud sindical de la UOM a atacar a cada delegado combativo que plantea un plan de lucha en los plenarios y congresos del sindicato. En la Alimentación, una multinacional como Unilever tuvo que otorgar un 22%, más otra cuota de 11%, ante un movimiento que se expresó muy fuerte en los paros de tres horas, en algunas plantas, extendido hasta siete horas y con piquetes.

Es muy claro que la Presidenta ataca al movimiento obrero que pelea, no a la burocracia. El gobierno quiere salir del enfrentamiento con Moyano por medio de operaciones de recambio dentro de la burocracia; por eso se habla de que Gerardo Martínez podría sustituir a Moyano a la cabeza de la CGT. Se producen reuniones en la sede de la UTA, el viejo aliado estratégico de Moyano, para conspirar por una nueva dirección de la CGT, en las que están involucrados barrionuevistas como Roberti, de la Federación Petrolera, y duhaldistas como Venegas, además de los gordos. El monje de La Cámpora y de la Presidenta, Carlos Zannini, gestionó el destrabe de la elección de comercio a favor de Cavalieri. Martínez representa a la “otra” patota, que disputó a tiros con el moyanismo cuando el traslado de los restos de Perón, y que apaleó hace un mes a los docentes del Turbio por cuenta del gobernador Peralta. La sociedad entre Martínez y Wagner, de la Cámara de la Construcción, es una de las más sólidas. Se trata del gremio “depósito” de tercerizados y mal encuadrados, junto a comercio.

Ni el salario equivalente a la canasta familiar ni el pase a planta, y mucho menos la renovación sindical, vendrán de la mano del ‘cristinismo’. Luchemos por los 5.000 pesos de salario mínimo en todos los convenios, por paritarios electos, por mandatos de asambleas fabriles, por la victoria de las grandes huelgas en curso, por una nueva dirección en el movimiento obrero, por el Frente de Izquierda, para dar la pelea político-electoral a los candidatos de las patronales.