A pocos días de su asunción en diciembre, el flamante intendente PRO de Las Rosas, Javier Meyer, procedió a un fuerte recorte de los salarios municipales. Los trabajadores del gremio han librado una intensa lucha contra este ajuste durante los últimos cuatro meses; los dos últimos han estado signados por un paro por tiempo indeterminado y la instalación de una carpa frente al municipio.

Con actitud intransigente, el intendente no ha acatado la conciliación obligatoria dictada por el ministerio de Trabajo. A esta provocación se suma, a modo de intimidación, la publicación de información personal de los trabajadores en las redes sociales. Los mismos denuncian también incendios intencionales, amenazas con armas a los huelguistas y toda una serie de maniobras en busca de aislarlos y enfrentarlos al resto de la población, buscando preparar el terreno para la represión y el cierre del conflicto de forma violenta. En este sentido, la ministra de Seguridad de la nación, Patricia Bullrich, ha enviado a la Gendarmería a la localidad. La presencia de esta fuerza en el edificio municipal es otro elemento que agrava la tensión en el conflicto.

La gran resistencia de los municipales de Las Rosas se integra en la creciente intervención del movimiento obrero frente al ajuste en marcha. Desde el Partido Obrero expresamos nuestra solidaridad con esta lucha.