Sindicales
24/3/1994|414
Necesitamos una asamblea general para derrotar la “flexibilización” y los despidos
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La burocracia menemista (Saravia) del Sindicato del Pescado (SOIP) ha fundido al gremio. Ha aceptado la “flexibilización”, la degradación salarial y un convenio negrero; la obra social está quebrada; el plan de viviendas del barrio SOIP terminó en una colosal estafa, por la que están procesados Saravia y toda la directiva (“Saravia a Batán” es la consigna que han popularizado los vecinos defraudados); los patrones se “comen” los aportes jubilatorios de los trabajadores con la “participación” de la burocracia, la sede del sindicato es un lugar temido por la mafia que lo habita…
En estas condiciones, ha comenzado la lucha por la sucesión de Saravia, que enfrenta a menemistas y duhaldistas (las elecciones en el SOIP deben hacerse este año). Duhalde nombró un mes atrás como subsecretario de Trabajo a uno de sus “referentes” en el Pescado. Saravia, viendo que desde allí se iba a operar una acción para desplazarlo, “movilizó” a la CGT, tomó la secretaría e impidió la asunción del funcionario.
Intervención por “abajo”
Existe un reanimamiento de la base fabril del gremio del pescado. Aunque la patronal llora por el dólar “bajo” y los “costos laborales altos”, en el puerto hay un principio de reactivación, hay demanda de mano de obra, los despidos masivos han cesado y se abren nuevas plantas (Zanella, Mare, Vallmar). La patronal está interesada en que esta reactivación se haga sobre la base de la explotación intensiva y brutal de los trabajadores, mediante los premios de producción, bonos alimentarios por “presentismo” (que obligan a ir a trabajar aun enfermo) y las “cooperativas”. Estas “cooperativas” se han formado con el despido de numerosos trabajadores fileteros, que son alentados a ello por las propias patronales, para sustituir, a un costo menor, o superexplotación mayor, a los trabajadores permanentes.
Los “cooperativistas ’’están obligados a aceptar precios por kilogramo de pescado, los que son fijados arbitrariamente por las patronales en nombre de las “fluctuaciones del mercado”.
Ahora está en desarrollo un movimiento de resistencia fabril con varios frentes de tormenta. Fileteros de Menino, Buenapesca y Solimano han rechazado la “cooperativización”. También en Mellino y en El Marisco han surgido reclamos por diferencias en el pago de tos premios. En La Campagnola—después de la muerte de un compañero de trabajo— ha surgido un movimiento de lucha contra los ritmos de trabajo. De conjunto, las plantas son un hervidero de luchas y reclamos cotidianos.
Ante esta situación, la Lista Celeste plantea:
Fuera Saravia del SOIP, que renuncie toda la directiva, asamblea general para elegir una conducción provisoria y llamar a elecciones bajo el control de la asamblea general.
Plan de lucha por el salario (0.20 por kilo para fileteros, 3 pesos la hora para envasadoras y peones), incorporación de premios y bonos al básico, no a la “cooperativización”, denuncia del convenio negrero firmado por Saravia.
Frente único en la Celeste de todo el activismo, para organizar una enérgica campaña por el salario, la centralización de tos reclamos y llevar adelante la lucha contra los destructores del SOIP (esto debe contemplar, llegado el caso, la presentación electoral de la Celeste). Impulsar, con esta perspectiva, la reorganización de tos cuerpos de delegados en las plantas.