Los trabajadores mineros de Andacollo realizan este martes un corte en el puente de acceso a Chos Malal, Neuquén, en defensa de sus salarios y condiciones de trabajo.

Cuando hace cuatro años la minera Andacollo Gold produjo un vaciamiento de la mina y dejó en la calle a 150 mineros, hubo importantes medidas de lucha que obligaron al gobierno a contratar a los mismos por una sociedad del Estado para hacer tareas de mantenimiento, hasta la llegada de nuevos “inversores” privados que reactivarían la mina.

A inicios de 2017 apareció ese “inversor”, una sociedad australiana denominada Trident que tomó a 72 de los despedidos y anunció inversiones millonarias. Bajo la excusa de no pasar la revisión médica, los nuevos “inversores” dejaron la mitad del plantel en la calle. En ese momento el gobierno anunció que Trident ofreció “el mayor monto de inversión para el plan de 25 años y el canon minero que duplicaba al de las otras compañías”. Las regalías comprometidas fueron de un mísero 3,3% de la facturación menos impuestos. Es decir, nada. Bien en la línea de la brutal entrega minera de Menem (“La patria por el 3%”, decía un titular de Prensa Obrera).

Pero no duró ni tres años el famoso “plan”. Ahora con la excusa del fallecimiento de uno de los accionistas, la empresa sacó un comunicado anunciando que se quedó sin financiamiento y tenía dificultades para pagar los salarios. De hecho pagó apenas unas chirolas del último salario. Los trabajadores luego de reunirse con el gobierno y salir con las manos vacías, hoy han decidido cortar el puente de acceso a Chos Malal, bloqueando el paso a toda la zona norte.

Se ha cumplido lo que afirmamos en la Prensa Obrera Nº 1.445 (26/1/2017): “No estamos ante una "inversión productiva", sino que la nueva adjudicataria es el mascarón de proa de los reales "inversores" unos especuladores inmobiliarios del estado de Nevada en Estados Unidos (Transcontinental Realty Advisors Inc). Tanto CorMiNe (Corporación Minera de Neuquén)  como el propio gobernador Gutiérrez, entregaron la licitación a unos aventureros especuladores”.

El PO apoya la medida de los obreros mineros, al mismo tiempo que llama a no tener ninguna confianza ni en el gobierno provincial, ni en la dirección del sindicato, que ya jugó el papel de contención durante el primer vaciamiento.

La CTA zona norte debe convocar a un paro regional en apoyo a los mineros. Todo el movimiento obrero debe apoyarlos. Por la estatización de la mina bajo control obrero, y la continuidad de todos los puestos de trabajo bajo convenio.