Sindicales

29/1/2017

Neuquén: El acta petrolera no dice lo que Pereyra anuncia


En su intento de hacer pasar la entrega de 2.000 despidos, el secretario general del sindicato petrolero de Neuquén, Río Negro y La Pampa, Guillermo Pereyra, declara a los medios lo que el acta realmente firmada el pasado 25 de enero, no dice.


 


Por ejemplo recorrió los medios anunciando que los despedidos cobrarían por seis meses la suma de $ 20.000, para aquellos con máxima antigüedad.


 


 


Pero el acta no menciona cifra alguna. Simplemente dice que dichos obreros recibiran la "prestación dineraria" establecida en el Programa Nacional de Transformación Productiva.


 


Este Programa, que apunta a favorecer los despidos, aporta una serie de beneficios impositivos a las empresas, y para los trabajadores establece por seis meses: "Una suma mensual de hasta el CINCUENTA POR CIENTO (50%) del último salario percibido, garantizándose como mínimo el importe equivalente al Salario Minimo, Vital y Móvil (SMVM)".


 


Los $ 20.000 anunciados por Pereyra funcionan como una especie de techo, ya que en realidad la mitad del último salario en algunos casos superaría esa cifra.


 


Y como ese techo es para los de mayor antigüedad, la gran parte de los despedidos cobrarán menos que esos $ 20.000 de los que habla Pereyra.


 


Además, hay que considerar que para la mayoría de los despedidos (Halliburton, Schlumberger, etc.) el "último salario percibido" está sustancialmente reducido respecto a lo que se venía cobrando en forma normal y habitual. 


 


Es decir, cuando las empresas redujeron sustancialmente el salario de noviembre y diciembre, que generó luchas y nuevos despidos, ya tenían acordada esta entregada con la dirección sindical.


 


No es casualidad que la Resolución en la que se basa el acta de enero sea de fecha 16 de noviembre de 2.016. Y se emparenta temporalmente con la adenda flexibilizadora. Todo una concatenación de normas antiobreras fríamente ejecutadas por el gobierno, las empresas y Pereyra.


 


Lo demás es pura farsa de reuniones "duras", como dice Pereyra. Ningún accionista tiene una reunión dura para reducir salarios y condiciones laborales con quienes actúan como sus gerentes.