Desde el momento en que Larreta-Acuña anunciaron que los cargos de les docentes interinos saldrían a concurso, desvirtuando el derecho anual a concurso dado que excluye docentes e implicará cientos de ceses, y coloca figuras antiestatutarias y no soluciona la situación irregular de miles de interinos que no tuvieron derecho a titularizar sus cargos desde hace más de 10 años, la docencia porteña atraviesa una situación de deliberación y movilización que en su génesis contiene la lucha por la estabilidad laboral que se consolidaría con una titularización masiva y fotográfica, con la posterior regularización de los listados y concursos, y la restitución de las Juntas de Clasificación docente eliminadas en el 2011. Esto implica una importancia nodal en la defensa de los puestos laborales, los listados, los cargos y el Estatuto Docente.

En diferentes reuniones sectoriales convocadas por la conducción del gremio UTE, pese a lo limitado de la convocatoria por su carácter clandestino y proscriptivo, sin dejar participar a les delegades de la oposición Multicolor, el mandato de la docencia fue contundente: el rechazo unánime del acta que el GCABA plantea junto a los sindicatos, la cual se constituye como una estafa planteando una “protección” supuesta de los interinatos pero no una solución real. En éstas reuniones el pliego votado contiene acciones distritales, por escuela y coordinadas, y medidas que propendan a construir un gran paro y movilización que tuerza el destino de precariedad y vulneración del Estatuto, la estabilidad laboral y las condiciones educativas de enseñanza-aprendizaje.

La dirección del sindicato, quien a partir de dichas reuniones recibiera un golpe a su orientación de acordar la letra chica del acta en cuestión, sin embargo, señaló que el mandato de lucha de la docencia debe ser puesto a consideración de la comisión directiva. Es imperioso que la UTE-CTERA tome el pliego votado y lo desarrolle sin otorgarle tregua al GCABA. La conducción del sindicato mayoritario tiene una oportunidad de revertir la actitud vacilante sostenida hasta el momento y no generar ninguna expectativa en un acta que incluso en su letra chica no redundará en beneficio alguno para la docencia. Por el contrario, solo reforzaría la reforma laboral para el sector docente.

El sindicato Ademys, por su parte, viene de convocar dos medidas de fuerza que han permitido abrir un canal de intervención de la docencia que puso en jaque el hecho de que el acta mencionada pase como por un tubo. El rumbo de lucha abierto por el combativo Ademys debe ser profundizado. El llamado a la coordinación entre los dos sindicatos más importantes de la CABA no puede quedar en una simple enunciación ni atado a especulaciones electorales. No basta con el acostumbrado llamado de la Celeste de la UTE a “votar bien y cambiar la correlación de fuerza”, necesitamos un sindicato que rompa con las ligazones estatales que promueven pactos de paz social, convoque un asamblea unificada y abierta, y organice la intervención decidida de la docencia hasta conquistar la titularización masiva y fotográfica para la docencia del nivel medio. La docencia ya emitió su mandato de lucha, la conducción de UTE-CTERA debe llevarlo a fondo.

Desde Tribuna Docente en la lista Multicolor de UTE y en la conducción Multicolor de Ademys llamamos a desarrollar un plan de acción sostenido por la titularización masiva y fotográfica, en rechazo al acta trucha, en defensa de los puestos de trabajo, la estabilidad laboral, la restitución de las Juntas de Clasificación, sus funciones históricas y la regularización de los concursos.