Sindicales

28/6/2012|1228

No a la militarización de los trabajadores en Chubut

Los trabajadores de la construcción de Cerro Dragón están protagonizando una lucha que es distorsionada por la gran prensa.


"Los Dragones" desarrollan trabajos en áreas petroleras con las mismas características que los trabajadores del petróleo, pero perciben 4.011 pesos menos por mes.


Con este procedimiento se manejan todas las petroleras del país: hay involucrados casi 8.000 trabajadores de la construcción, con la abierta complicidad del gobierno nacional.


El reclamo de "Los Dragones" es similar al de los tercerizados ferroviarios. Los grandes disparadores del conflicto fueron que las empresas Tecnotrol e Incotrol produjeron 22 despidos cada una, que Panamerican desconoció un acuerdo establecido por el gremio petrolero sobre el pago de las horas de viaje a los yacimientos, por lo que se les da a los que trabajan en la construcción la mitad del dinero por viajes a los mismos lugares y en las mismas combis. Por si esto fuera poco, las petroleras no reconocen un acuerdo de pago de los salarios familiares a los trabajadores de la construcción, que sí se les paga a los petroleros.


La burocracia de Gerardo Martínez convive desde siempre con este sistema de precarización laboral en toda la Patagonia, lo que llevó a "Los Dragones" a formar una nueva organización sindical, por lo que se desafiliaron casi 3.000 compañeros de la Uocra. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo no reconoce al nuevo sindicato y ahora, con el vergonzoso acuerdo firmado por Martínez (desde México), se profundizan las diferencias salariales con los trabajadores petroleros, pues las petroleras se atienen a lo firmado por la Uocra.


En el conflicto, el gobierno nacional tiene una enorme responsabilidad, pues ha mirado para otro lado en todos los reclamos desde enero, la Gendarmería nacional actúa en los yacimientos como la guardia de seguridad de Panamerican Energy, hostigando permanentemente los reclamos. Esto ha generado odio entre los compañeros, quienes trabajan en condiciones durísimas.


El gobierno nacional tiene todo el poder para sentar a la Panamerican con los trabajadores y no lo hace. Tiene el poder para retrotraer el conflicto y que se reintegren los 44 compañeros despedidos. También puede lograr equiparar el pago de las horas de viaje a los yacimientos e iniciar un proceso de pase a petroleros de los compañeros.


Sin embargo, dilata esta reunión nacional que piden los compañeros y ha mandado al militar "todo terreno" Berni a hacerse cargo de las "operaciones" de Gendarmería, repitiendo la militarización que sufrieron los camioneros -lo que, en las circunstancias que se viven en Chubut, puede tener consecuencias más graves que los refregones de La Matanza en las puertas de YPF.


Los compañeros están dispuestos a levantar su conflicto si la empresa y el gobierno se sientan a discutir los reclamos -con soluciones y actas de compromiso- con una comisión integrada por algunos de ellos. Las petroleras han desconocido tres acuerdos anteriores y reina la desconfianza por la impunidad con que se mueven las patronales.


El reclamo está inscripto en la lucha nacional contra la precarización laboral, en la lucha del Subte, Sitraic o AGD por obtener la personería de su sindicato y en la lucha de la independencia de los sindicatos del Estado.