El Hospital Español está en un proceso de vaciamiento. La mayoría de los sectores, incluyendo la Terapia intensiva se han clausurado, quedan pocos pacientes internados y a los trabajadores se les deben los sueldos de los últimos tres meses y el aguinaldo. Incluso en los últimos días, el retiro de computadoras y ciertos insumos, ha despertado el fantasma de un cierre definitivo.

Las representaciones gremiales burocráticas del hospital y a la conducción del gremio de Sanidad, que ha dejado descomponer la situación, En el último mes, montaron una farsa de plan de lucha, de aparato, con cortes parciales de la avenida Belgrano y ocupación del hall del hospital, escasamente acompañada por los trabajadores, que en gran medida optaron por no concurrir al trabajo, salir a hacer changas o buscar otro empleo.

El elemento dinámico, lo puso un sector de trabajadores de base, que, harto del manoseo, se auto convocaron y marcharon hasta el Ministerio de Trabajo exigiendo una solución. La Comisión Interna le dio la espalda a la marcha. La conducción de ATSA, en cambio, con rápido reflejo, se presentó al ministerio, acompañada de un micro de patoteros del gremio para regimentar la movilización e impedir que fueran recibidos los autoconvocados. Aún así, la fuerte iniciativa de los trabajadores, forzó una reunión de la burocracia, la patronal y el Pami, donde se firmó un acta de intención en que coinciden en apoyar una intervención del hospital por el Pami por 180 días, a efectos de “normalizar” el establecimiento.

La muy probable intervención de Pami, ha despertado una expectativa en los trabajadores de una salida a la crisis. Pero las condiciones en las que volvería a funcionar el hospital son, hasta el momento, un misterio. La primera cuestión que está planteada es que den a conocer en que consiste el plan de “normalización” del Español. No se puede aceptar que sean los trabajadores quienes paguen los platos rotos Es necesario, que se asegure el pago de todos los haberes adeudados y la reincorporación inmediata a sus tareas de toda la planta de 1.600 trabajadores, garantizando la continuidad laboral y el respeto de todas sus conquistas, antigüedad, categoría y condiciones laborales

El actual descalabro ha llevado a que la mitad de los 1.600 trabajadores del hospital, desmoralizados, falten, den parte médico o busquen otros horizontes. Clásica situación que aprovecharía cualquier “normalizador” para una racionalización de personal y superexplotación del que quede, como sucede con otra “intervención estatal”, esta vez la del Inaes (conducido por Kolina) en el Centro Gallego. En función de lo expuesto, es fundamental impulsar la formación de un comisión de seguimiento y control , de la deben forman parte los trabajadores , que vele por la estabilidad laboral y el respeto del salario y de las condiciones de trabajo de todos los compañeros.

La tentativa por recortar personal va de la mano de un desguace del hospital y de una reducción de sus prestaciones. La “pamización” seria, en este caso, el punto de arranque de un nuevo ataque a la salud pública.

La Ciudad y del país, sin embargo, no pueden ser privados de un hospital de alta complejidad frente a las graves carencias sanitarias que atravesamos. La lucha de los trabajadores del Hospital Español contra el cierre de sus fuentes de trabajo es de principal interés para la salud pública argentina, rodeémosla de solidaridad.

Carla